Miles de personas tomaron este domingo las calles de Bruselas por tercera vez desde principios de año para protestar contra las restricciones sanitarias y exigir la dimisión del primer ministro Alexander de Croo.

La protesta fue convocada esta vez por el movimiento antivacuna Bélgica Unida por la Libertad. Los activistas recogieron firmas para exigir a la Cámara de Representantes (Cámara baja del Parlamento) que inicie el procedimiento para disolver el actual gobierno.

Los manifestantes demandan la abolición de la obligatoriedad de los pases sanitarios, sin los cuales es imposible entrar en los establecimientos de restauración y de ocio.

La gente se opone también a la vacunación obligatoria del personal médico, que prevén aprobar las autoridades.

El 24 enero, en Bruselas, la policía belga cargó contra los manifestantes, dejando 12 de ellos heridos. Además fueron arrestadas decenas de personas.

Cuatro días después las autoridades relajaron varias restricciones sanitarias. Reabrieron los lugares de ocio, excepto las discotecas. Además las cafeterías y los restaurantes vuelven a funcionar hasta la medianoche, en vez de las 23.00.

El Gobierno puso en marcha un nuevo barómetro que prevé distintas medidas sectoriales en caso de diferentes escenarios epidemiológicos.

Bélgica tiene una de las tasas de vacunación más altas en Europa, que en algunas regiones supera el 80 por ciento, incluidos los menores de edad.

Fuente: Sputnik