La cadena sojera y el Gobierno nacional coincidieron en la meta de incrementar la producción de soja hasta las 70 millones de toneladas en los próximos años. El complejo agroexportador busca relanzar la producción de este grano, que se encuentra estancada desde hace más de diez años. En su primera intervención oficial, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, respaldó esta idea y sostuvo que ese volumen de cosecha se encuentra en sintonía con los lineamientos del Plan Estratégico Agroalimentario.

En el marco de un evento organizado por ACsoja, el complejo agroexportador puso en números el panorama actual del cultivo, que a diferencia de producciones como el maíz, muestra un retroceso sostenido, en un contexto global de crecimiento para este sector. Al comparar la última década, Brasil pasó de 68,7 millones de toneladas a 135,9 millones de toneladas.

En el mismo período, la producción argentina se estancó –de acuerdo a estadísticas oficiales- sobre las 50 millones de toneladas, con un techo de 61,3 millones de toneladas que no logró repetirse. El gran salto del cultivo en Argentina se registró en un lapso de 20 años, cuando pasó de las 14 millones de toneladas en los ´90 a las 50 millones de toneladas que empezaron a consolidarse a partir de 2010.

Las proyecciones locales para la nueva campaña de granos ratifican esta tendencia. De acuerdo a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), la producción será de 130 millones de toneladas, un aumento de 7,2% en relación al ciclo anterior. El maíz será el cultivo estrella, con 55 millones de toneladas, mientras que para soja vaticinan un volumen de 44 millones de toneladas. La oleaginosa recorre el camino inverso y este año exhibirá su séptima caída consecutiva de área sembrada.

Luis Zubizarreta, titular de la entidad organizadora, sostuvo que este incremento en los actuales niveles de producción representaría 10.000 millones de dólares en divisas y 80.000 puestos adicionales de trabajo. La Casa Rosada necesita reforzar y garantizar el ingreso de dólares, ante la necesidad de incrementar el gasto público y en este sentido, los exportadores tomaron nota de esta situación. “Todo esto, sin disminuir la recaudación del Estado”, remarcó el directivo.

El complejo sojero también efectuó un tiro por elevación a Domínguez, al recordarle que cuentan con un proyecto para revertir el escenario negativo para la soja, en referencia al proyecto presentado por el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA). Zubizarreta advirtió que esta normativa “requiere de decisiones políticas”.  El espacio, de diálogo fluido con el Gobierno, busca llegar al Congreso con una ley propia.

Domínguez también deberá trabajar para limar alguna aspereza con el CAA, a partir del cupo a las exportaciones de carne. Tras su asunción, el ministro recibió un guiño de este espacio, pero también el pedido de levantar estas restricciones, al igual que lo hizo la Mesa de Enlace. Además de reforzar el concepto del PEA, presentado durante su paso anterior por Agricultura, hizo hincapié en conceptos como producción sustentable y energías renovables. El hilo conductor entre el Consejo Agroindustrial y el nuevo ministro será el PEA, que en los papeles apuntaba a un volumen de cosecha de 200 millones de toneladas, con una fuerte presencia del agregado de valor a la producción primaria.