Agroindustria

Sin herramientas para asegurar precios, cae la actividad del complejo soja

Estiman que por baja en los derechos de exportación podría crecer molienda en octubre, en base al diferencial que estableció el Gobierno nacional. Los productores se financian con créditos bancarios y canjes de cereales, de cara a la próxima siembra gruesa

ALobato

La falta de herramientas financieras para asegura precios por parte del complejo exportador sojero se reflejó en una baja de los niveles de actividad del crushing. Esta situación impactó en todos los niveles de la actividad, que se evidenció en el caso de la molienda, ya que las estadísticas oficiales registraron una caída interanual de más de 2 millones de toneladas al comparar el período enero-septiembre.

En este escenario complejo que reconstruyó este medio en base a consultas con economistas y analistas granarios, y con medidas del Gobierno nacional que busca engrosar su nivel de divisas, las fuentes también anticiparon que en el transcurso de octubre se podría registrar un incremento en la molienda, impulsado por el diferencial de retenciones para las exportaciones de soja anunciadas recientemente por el ministro de Economía, Martín Guzmán.

En los primeros nueve meses del año, la merma en la actividad industrial del complejo sojero fue evidente, según se desprende de las estadísticas oficiales. En este período, en el rubro molienda de granos oleaginosos, se procesaron 29,1 millones de toneladas, mientras que en el mismo lapso de 2019 la cifra fue de 31,7 millones de toneladas. Estas diferencias también se apreciaron en pellet, en donde la brecha es de casi dos millones de toneladas; mientras que en aceites y expeller las asimetrías son menos visibles.

En el sector coinciden en que, a diferencia del año pasado, la industria no dispone de tanta mercadería para procesar, y que en manos de los productores quedan cerca de 8 millones de toneladas de granos. La industria cuenta con un stock de grano con precio a fijar, y ante la dificultad de acceder a mecanismos para asegurar precios, el ritmo de molienda es menor. "Los exportadores cuentan con algunas herramientas, pero son muy caras, como el caso de la compra de dólar futuro", analizó un economista que conoce bien de cerca la dinámica del negocio granario.

Los productores son la otra variable de esta ecuación. En este punto, y a las puertas de una nueva campaña de soja, observan con atención las señales, tanto de la pizarra de precios de Chicago como las de la city porteña. En ambos casos, la tendencia es alcista, con una soja que en los últimas semanas superó la barrera de los USD300 por tonelada y un dólar oficial que a pasos pequeños elevó su cotización. A la hora de financiar los insumos para la siembra de la oleaginosa, optaron por alternativas como créditos bancarios, cheques diferidos y canje de cereales.

Puertas adentro, la cadena de valor sojera también midió el impacto de la baja temporal en los derechos de exportación, que como dato saliente estableció un diferencial de tres puntos. Durante octubre, este impuesto permanecerá en su valor más bajo -30% para el poroto y 27% para los productos con valor agregado-, y un escenario posible es que la molienda exhiba un repunte en sus números, con una industria que buscará aprovechar esta rebaja.

Por el lado de los productores, y más allá de la incertidumbre en torno al valor del dólar y la brecha cambiaria, si los valores del grano siguen exhibiendo una tendencia alcista, es probable que se desprendan de parte de sus stocks acumulados.

El impacto del diferencial también se percibió en las ventas de la industria, sobre todo en productos con valor agregado. De acuerdo a estadísticas privadas, entre los días 6 y 15 de octubre, se declararon operaciones por 1,60 millones de toneladas de harina de soja y 375.900 toneladas de aceite de soja.

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