A 20 años del fin de la Convertibilidad, qué lecciones dejó el 1 a 1

A dos décadas de que finalice la política económica que rigió durante más de diez años el rumbo económico de la Argentina, economistas dialogaron con BAE Negocios sobre los aspectos fundamentales del "uno a uno" y sus consecuencias para el país  

Jmpollio

Un día como hoy, pero hace 20 años, la Convertibilidad llegaba a su fin. De la mano de Eduardo Duhalde, la política monetaria ideada por Domingo Cavallo que moldeó, y condicionó, el rumbo económico de la Argentina durante casi once años dejó de existir el domingo 6 de enero con la Ley Nº 25.561.

Cuatro días antes, en su asunción como Presidente interino, Duhalde reconoció que Argentina estaba “fundida” y aseguró que “la propia esencia de este modelo terminó con la Convertibilidad”, un diagnóstico compartido por los radicales alineados a Ricardo Alfonsín y los empresarios de la Unión Industrial Argentina (UIA).

A dos décadas del final de la paridad entre el peso y el dólar, economistas consultados por BAE Negocios dieron explicaron los fundamentos de la Convertibilidad, sus falencias y las lecciones que dejó la política macroeconómica que derivó en la crisis más importante desde el regreso de la democracia.

Antecedentes y fundamentos

La economista de Paridad en la Macro Mara Pedrazzoli explicó que la política monetaria subyacente al régimen de Convertibilidad es lo que en la jerga se conoce como "Caja de Conversión", un “nombre bastante literal dado que las funciones del Banco Central se limitan a convertir la moneda extranjera a su equivalente en moneda local. Es la ausencia de política monetaria lo que prima”.

En este sentido, el Director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), Andrés Asiain, consideró que la idea de que la moneda tenía que tener un respaldo en reservas, en este caso de dólares, es “una teoría vieja que viene del patrón oro”.

El objetivo era “generar, a través de este respaldo en dólares de la emisión monetaria, una confianza en la moneda que se había perdido a causa de la hiperinflación” surgida durante la presidencia de Alfonsín y que se extendió hasta el gobierno de Carlos Menem.

Pese a la trascendencia que tuvo el programa económico implementado por el ex ministro de Economía de Menem y Fernando de La Rúa, no fue el primer régimen de caja de conversión que se aplicó en el país. El historiador y economista, Julian Zicari, autor del libro “Crisis económicas: De Mitre a Macri”, explicó que “el país ya vivió esas experiencias varias veces” durante su historia.

“Cuando se intentó crear la primera moneda nacional en 1881 con (Julio Argentino) Roca fue algo similar, o la experiencia de la convertibilidad del Banco de la Provincia de Buenos Aires en 1867, que era el banco más importante del país. Después hubo otras dos en 1899 y 1927. La Convertibilidad de Cavallo era el sexto tipo de régimen de caja de conversión”, detalló en diálogo con BAE Negocios.

 

Contexto internacional y rigidez monetaria

Puesto en marcha en abril de 1991, el “uno a uno” inicialmente fue un éxito rotundo, en un año bajó la inflación de 1344% a 25% y para 1995 la anuló de manera casi completa. Sin embargo, tres años después comenzó a mostrar sus fisuras, entre otras razones, por la crisis internacional que se avecinaba.

Luego de que en 1994 la Reserva Federal de los Estados Unidos subiera las tasas de tipo de cambio, se disparó una crisis económica internacional conocida como “Efecto Tequila”, surgida en México en 1995, y que rápidamente afectó al resto del mundo. Argentina no fue la excepción.

Pese a los golpes que recibió con las subsiguientes crisis ocurridas en Rusia y el sudeste asiático, la crisis brasileña fue el inicio del fin para la Convertibilidad. De acuerdo al investigador del Conicet y economista Alfredo Curuchet, luego de que Brasil devaluó el Real entre 1997 y 1998, “Argentina pierde mucha competitividad”.

Esto se debe a que Argentina “se vuelve muy cara” para los capitales extranjeros: “Como había un tipo de cambio fijo no podías ir ajustando tu tipo de cambio real con una política monetaria más flexible para que se mantenga competitivo”, detalló en dialogo con BAE Negocios.

 

Factores internos

Además del clima internacional, también operaron factores endógenos que afectaron de manera determinante la viabilidad del modelo. Por ejemplo, Zicari explicó que “existía una trampapara emitir sin necesidad del ingreso de divisas, y era “considerar como parte de las reservas internacionales del Banco Central deuda del propio gobierno emitida en dólares”.

En paralelo, Curuchet explicó que los bancos crearon “argendólares”, es decir, “depósitos en dólares sin tener esos dólares físicos”. Esto generó que el sistema bancario creara argendólares que estaban respaldados con los créditos bancarios en dólares, pero esos créditos eran a más largo plazo que los depósitos”.

Para Asiain, esa situación muestra que la idea del respaldo de la emisión monetaria “en realidad es una idea para generar confianza, pero que no tiene una base real, ni siquiera en un régimen de caja de conversión”. En este sentido, explicó que los créditos creados por los bancos generan una emisión llamaba “secundaria" de moneda, la cual “multiplica la cantidad de dinero mucho más allá del dinero emitido”.

De manera complementaria, Pedrazzoli explicó a este medio que cuando los fondos en moneda extranjera que permitieron engrosar las reservas y expandir la base monetaria “dejaron de ser creados por el propio Estado mediante las privatizaciones, se dependió íntegramente de las operaciones del sector privado”.

Esto generó que el gobierno comenzara a endeudarse cada vez más con organismos de crédito, principalmente el Fondo Monetario Internacional (FMI). Poco después, “la deuda pública y privada en dólares se hizo excesiva, los intereses empezaron a asediar al saldo del balance de pagos. Y allí deviene la crisis”.

 

El final

De la Rúa, el sucesor de Menem a partir de 1999, puso en práctica diferentes recetas económicas para evitar el colapso, muchas de ellas tendientes a mantener la Convertibilidad. La última medida fue la implementación del “corralito”, que provocó la retención de los depósitos en cajas de ahorro y cuentas corrientes. Finalmente, la crisis estalló. De la Rúa renunció el 20 de diciembre de 2001 y escapó de la Casa Rosada en medio de una represión que tuvo un saldo de 38 muertos.

El deterioro económico durante esa década fue notable. Según los datos del Indec de la época, la tasa de desempleo en mayo de 1991 era del 6,9%, mientras que en 1994 subió al 10,7% y para el año 2000 se fijó en 15,4%. Lo mismo ocurrió con la pobreza, que aumentó del 19% en 1990 a más del 35% en 1995 y para 2001 era del 54%, aunque Asiain aclaró que “con la nueva metodología del Indec para medir la pobreza, hoy en día sería alrededor del 65-70%”.

“La Convertibilidad nos deja como clave el mito liberal que dice que la pobreza en Argentina sube por la inflación, cuando a partir de 1995 en el país ya no hay más inflación. El problema de la pobreza no es la inflación, sino a la falta de trabajo en la caída salarial y la destrucción del mercado interno”, evaluó Zicari sobre el legado del 1 a 1.

Curuchet consideró que una “lección” aprendida de la Convertibilidad es que “hay que tener cuidado con tener un sistema bancario que esté demasiado dolarizado cuando uno no crea dólares”, como así también la necesidad de “mantener un tipo de cambio real competitivo”.

Por su parte, para el director del CESO “no se puede montar un esquema que basa como fuente de ingreso de divisas, la toma de deuda o inversiones extranjeras”. Por ´último, la economista de Paridad en La Macro concluyó que se generó “una desconfianza en el sistema bancario local que hasta hoy día tiene secuelas”.

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