Acindar vuelve a frenar su producción y suspende a trabajadores de la UOM
El gremio reitera su denuncia sobre un “industricidio” desde la gestión libertaria. La planta de Villa Constitución, provincia de Santa Fe y símbolo del acero argentino, producirá la mitad que en 2023
El problema del acero producido en el país suma capítulos sin solución de continuidad. A esta saga se suma que la siderúrgica Acindar, del grupo ArcelorMittal, anunció que este viernes 28 volverá a detener su producción en el área de laminados. La decisión quedó plasmada en un acuerdo con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), donde también se certifica la suspensión de centenares de trabajadores, quienes percibirán el 75% de sus salarios.Como viene reseñando BAE Negocios, la denominada “crisis del acero” que viene denunciando el gremio, eleva su intensidad en un clima de incertidumbre para el polo fabril que ya había frenado su actividad a fines de julio. En ese entonces, la falta de demanda paralizó la producción y afectó a unos 200 operarios.
Al silencio empresario se suma la presunción de los metalúrgicos respecto a que el número de suspendidos podría ser mayor, en un marco donde la planta de Acindar en Villa Constitución representa la principal actividad de esa zona santafesina. Delegados de la UOM recuerdan además la paradoja política: en las elecciones de 2023 y en los últimos comicios locales, La Libertad Avanza obtuvo allí un resultado victorioso.Los datos productivos reflejan un retroceso sostenido. En 2024, Acindar elaboró 600.000 toneladas de acero, la mitad de lo producido en 2023, cuando se superó el 1,2 millón de toneladas. “En un año normal, tirando a bajo, se producen alrededor de un millón”, reconocieron desde la propia empresa.
José Mercado y el todo importadoDesde hace tiempo, tanto algunas compañías como el gremio metalúrgico advierten sobre la presión de las importaciones. China y Brasil colocan acero, aluminio y materiales de construcción a precios bajos, lo que perjudica a la producción nacional. Acindar, que desde la pandemia dejó de exportar a Estados Unidos, ahora tiene el impacto de la apertura de importaciones y la llegada de acero asiático más barato, que suma una denuncia de sus trabajadores, paradoja fabril de estos tiempos: la firma comercializa esos productos chinos.
La UOM, tanto a nivel local como nacional, coincide en denunciar un “industricidio de la era Milei”. Para el gremio, la crisis del acero expone la fragilidad de la economía regional y muestra puntos en común con otras actividades: “La construcción está frenada, el sector automotor no levanta y la producción de alambre para el agro no alcanza para sostener al conjunto de la industria. La crisis es crítica”, subrayaron fuentes gremiales.La magnitud del problema excede lo regional. El acero representa cerca del 5% del PBI industrial y constituye un insumo clave para sectores estratégicos como la construcción, la automotriz, la maquinaria agrícola y la industria naval. También tiene peso en las exportaciones argentinas, por lo que un parate prolongado en Villa Constitución podría afectar de manera inmediata a la actividad de múltiples ramas productivas y comprometer el equilibrio de toda la cadena fabril.
La crisis de Acindar se ha transformado en símbolo del rumbo industrial argentino. En Villa Constitución, cada horno apagado refleja la vulnerabilidad de sectores que históricamente fueron motor de la obra pública, la construcción y la industria automotriz. La UOM no arriesga parecer aún sobre si el parate productivo será temporal o si anticipa un cambio estructural donde el acero importado reemplace al nacional, pero advierte que el impacto ya excede a la empresa y proyecta sus consecuencias sobre todo el mapa industrial.