Advierten que el BCRA tiene poco poder de fuego para estabilizar la brecha
Las estimaciones de las reservas netas rondan los USD1.300 millones y aunque hay opiniones cruzadas sobre la conveniencia de contener la brecha con reservas, economistas coinciden en que el poder de acción es limitado. El rol de FMI en la trayectoria hasta las elecciones
Economistas advierten que, más allá de los fundamentos para intervenir como lo hizo este martes el Banco Central en el mercado de bonos para contener las cotizaciones de los dólares financieros, lo cierto es que cuenta con un poder de fuego escaso para contener la brecha que ya saltó sobre el 110%. Solo USD1.300 millones, de acuerdo a las estimaciones de EcoGo. Por eso, en el Gobierno confían en la llegada de un refuerzo del swap con China para engrosar las municiones, a los desembolsos de organismos multilaterales y a una flexibilización de la postura del Fondo. La intervención vendiendo reservas, algo expresamente prohibido por el acuerdo con el FMI, reedita el viejo debate sobre la conveniencia de contener la volatilidad cambiara o preservar divisas, enfrentamiento que hace cinco años le significó a Luis Caputo la salida del Banco Central.
La escalada en los dólares financieros de los últimos días, que llevó al blue a los $500, plasmó la intranquilidad del mercado frente al virtual agotamiento de la estrategia de acumular divisas de forma sostenida con la tercera edición del dólar diferencial. Con reservas netas que, dependiendo de la metodología van de los USD1.300 millones como estimó Sebastián Menescaldi, economista y director de EcoGo, a USD650 millones como estimó sobre la metodología del FMI la consultora ACM a aproximadamente los -700 millones de dólares si no se suman los Derechos Especiales de Giro (DEGs) como estimaba la consultora Ecolatina hasta el viernes último, el consenso señala que el margen para la intervención es escaso.
De allí que, el Banco Central haya enfatizado este martes que China hizo el cuarto desembolso de USD1.000 millones “y en una semana ingresa el quinto” y que Sergio Massa haga público cada ingreso adicional de divisas al país como los USD75 millones que, horas más tarde, el BID acordó desembolsar en la Argentina para la mejora en la provisión de agua potable en la provincia de Buenos Aires. O los 500 millones para la industria petrolera que presentará hoy miércoles y otros 200 millones del BID más tarde; o los 680 millones que firmará con el CAF en Montevideo mañana.
"El poder de fuego que tiene el BCRA es limitado. El margen de maniobra es acotado, primero por el monitoreo del Fondo que ya en repetidas ocasiones reforzó la idea de que se tiene que reducir al mínimo la intervención de los dólares paralelos. Y a eso se le suma la caída de los precios de los bonos en dólares que es con lo que el BCRA puede intervenir. Como en los últimos meses se vinieron desplomando, se acota más el margen de error. En este sentido, el error de política monetaria no está en intervenir sino en que no se pueda contener la brecha no solo por las pérdidas ocasionadas por la sequía, sino las medidas que sumaron ruido e incertidumbre al mercado de cambios y la incertidumbre adicional de un año electoral que fomenta la brecha", dijo Francisco Ritorto, economista de ACM.
Al respecto, su tocayo Francisco Uriburu, analista de mercados, explico a BAE Negocios que la intervención con bonos y la prolongación del parking para el contado con liquidación “depuró a los bonos de su valor transaccional y los dejó solo con su valor de mercado, lo que hizo que llegaran a cotizar debajo de los 20 dólares”. En este sentido, agregó que casi sin reservas, “el poder de fuego del Banco Central es prácticamente nulo, por lo que nos espera más brecha, más presión de los precios hacia un nuevo escalón de la hiperestanflación en la que nos venimos adentrando hace más de un año”.
Con un enfoque más macro, Santiago Manoukian desde Ecolatina aseguró a este medio que: “El Gobierno enfrenta una situación crítica con pocas herramientas, a la acumulación de desequilibrios previos se sumó una sequía inédita que generó un bache de unos USD20.000 millones. Massa tomó un giro pragmático, creemos que en la dirección correcta, y está intentando no bajar la bandera de sostener el tipo de cambio oficial como herramienta para proteger a los más vulnerables incluso si está atrasado y genera fuertes presiones, aunque ya bajó varias de sus banderas como la tasa de interés y los subsidios a las tarifas. También consideramos que el acuerdo con el FMI requiere una recalibración porque en sus fundamentos no estaba prevista una sequía, un shock externo que se monta sobre debilidades estructurales que en parte son responsabilidad de este gobierno por no haber hecho correcciones antes, pero que también tenía inconsistencias en su diseño porque en su modesto alcance proponía medidas que iban a subir y no bajar la inflación. En este sentido, creo que la renegociación del acuerdo lo que puede lograr es distribuir el impacto de la sequía con el próximo gobierno”, agregó.
Como advirtió Uriburu, “Esto es un problema crónico que probablemente lleve a renegociar no solo con el FMI sino también con los bonistas y con los bancos por los bonos del Banco Central”.
De hecho, hace cinco años el ex banquero central Luis Caputo también se enfrentó al FMI por la prohibición para usar las reservas internacionales para contener las expectativas de devaluación. Puntualmente, el también ex ministro de Finanzas sostenía que era incorrecto permitir que el mercado hiciera saltar el tipo de cambio con muy poco volumen y esta pulseada le costó la presidencia del BCRA tras desembolsar USD25.000 millones.
"Con humildad y con el diario del lunes, uno puede decir que la política monetaria resultó errónea porque no consiguió el efecto buscado, aunque la situación era otra porque se trataba de un mercado que no tenía cepo; y eso ocurrió en un contexto de menor sequía y con más fondos frescos de FMI. El punto de partida es distinto, son contextos distintos y este parece ser más complejo”, dijo Ritorto.