CONGRESO

Ante diputados y senadores, Javier Milei buscó profundizar su relato 'anti casta'

En su primera Asamblea Legislativa como presidente, Javier Milei se dirigió especialmente a los jóvenes libertarios y tuvo su propio palco militante. Convocó a los gobernadores a firmar el Pacto del 25 de Mayo, que contempla diez políticas de Estado

BAE Negocios

Javier Milei se llevó lo que buscaba de la inauguración de las sesiones ordinarias. Con la misma gestualidad y el discurso de cuando era apenas un candidato, el presidente buscó situarse del lado de enfrente de los legisladores, gobernadores y dirigentes políticos a los que agrupa en la llamada "casta". Se dirigió a ellos desde un atril, los miró por arriba y les recordó que no llegó para "jugar el juego de la política". Los verdaderos destinatarios de su mensaje no eran ellos, ni siquiera cuando los convocó a firmar el Pacto del 25 de Mayo, que contempla diez políticas de Estado. Le habló a sus seguidores, a los jóvenes libertarios que se amucharon en los palcos, y a los que lo votaron y escucharon desde sus casas, con la esperanza de que se produzca simplemente un cambio.

La senadora de Unión por la Patria Juliana Di Tullio, de extrema confianza de la ex presidenta Cristina Kirchner, no le quitó la mirada de encima, por el contrario, lo miró fijo desde la primera fila. A unos escasos metros, Milei intentaba concentrarse en la lectura de su discurso, que duró una hora y diez minutos. Estaba con la banda presidencial y llevaba el bastón de mando, como el 10 de diciembre último, el día en que asumió como presidente. Lo escoltaba un granadero, un hecho inusual para la ocasión. 

De uno de los palcos, lo escrutaba Santiago Caputo, el principal ideólogo del discurso que Milei hizo suyo desde antes de llegar a la Casa Rosada. Extasiado, aplaudió cada tramo del texto. También lo hicieron los legisladores de La Libertad Avanza. Los diputados de PRO celebraron al mismo ritmo desde sus bancas, salvo cuando el mandatario anunció que buscará eliminar el financiamiento público a los partidos políticos, y penalizar al presidente, ministro de Economía, funcionarios del Banco Central y legisladores que aprueben un presupuesto que contemple financiar déficit fiscal con emisión monetaria.

Los gobernadores escucharon casi sin gesticular. Aún con la eliminación de los subsidios al transporte a cuestas y el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) cortado, aceptaron la invitación y se sentaron en sus sillas, incluso los tres que más cruces tuvieron con Milei en los últimos días. Ignacio Torres (Chubut), Martín Llaryora (Córdoba) y Axel Kicillof (Buenos Aires) quedaron adelante de todo, cerca del único ex presidente que asistió, Adolfo Rodríguez Saá. Del otro lado, estaban los cuatro miembros de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti. En sus manos está establecer si el DNU 70/23 es constitucional o no. A ellos, el jefe de Estado no les dedicó ni una línea. 

El principal destinatario del discurso de Milei no fueron los legisladores, sino sus seguidores, los jóvenes libertarios 

Milei no se apartó del texto ni por un segundo. Apenas hizo breves silencios cuando los seguidores libertarios lo tapaban con su griterío. "¡La casta tiene miedo! ¡La casta tiene miedo!", cantaban al unísono los jóvenes de traje y corbata que poblaron los balcones. "¡Viva la Libertad, carajo!", agregaban otros. "Ahora van a tener que laburar", gritaba una señora a los diputados y senadores, sin distinción alguna. El presidente logró tener por un rato sus propios palcos militantes. En ese ida y vuelta, buscó reforzar la construcción del relato que apuesta a consolidar para aplicar la serie de reformas que anunció ante los legisladores. Una reforma laboral, previsional y tributaria. Lo que contempla el decreto judicializado, pero también el proyecto de la Ley Ómnibus, que buscará reflotar a cambio de un pacto fiscal con los gobernadores.  

Zulemita Menem, acompañada por su primo Eduardo "Lule" Menem, sonrió desde otro de los palcos cuando escuchó que Milei anunciaba un "paquete de proyectos anticasta". La seguidilla de propuestas deja tambaleanto a casi todos los dirigentes políticos, incluso en su momento podría haber caído en la volteada el ex mandatario fallecido Carlos Menem, considerado por el economista libertario como el mejor presidente desde el regreso de la democracia. Tres fragmentos resonaron en la cabeza de casi todos: "Eliminaremos las jubilaciones de privilegio para presidente y vicepresidente", "las personas condenadas por corrupción en segunda instancia no podrán presentarse como candidatos en elecciones nacionales. Además, todo ex funcionario público con condena firme en segunda instancia por delitos de corrupción perderá automáticamente cualquier beneficio que tenga por haber sido funcionario" y "reduciremos drásticamente la cantidad de contratos para asesores de los diputados y senadores de la Nación".

Milei le regaló su abrazo más efusivo al ministro de Economía, Luis Caputo; y a su par en Seguridad, Patricia Bullrich. Los dos fueron funcionarios de Mauricio Macri. Entre las bancas de Unión por la Patria se encargaron de recordar por lo bajo esa conexión cada vez que el presidente hablaba de la "casta". Los muchachos que estaban arriba obviaron ese detalle y los vitoreaban. "El pasado pisado", dijo a este diario un legislador de La Libertad Avanza sobre los integrantes extra partidarios.  

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