Santiago Bausili, presidente del Banco Central, afirmó que la eliminación de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI) ocurrió dentro de los márgenes que el equipo económico había previsto. Aun así, reconoció que la forma en que se produjo generó una “elevada volatilidad” en el mercado, que el Gobierno contuvo con una intervención combinada entre el BCRA y el Tesoro Nacional.

“Nos tocó el escenario que habíamos anticipado”, declaró Bausili en Las Tres Anclas, el programa de streaming del espacio libertario Carajo. En el mismo programa en el que Federico Sturzenegger afirmó que subir las jubilaciones podría generar 5 millones de chicos pobres, explicó que entre los tres caminos que contemplaba la transición, terminó imponiéndose el más incierto: los bancos no migraron sus posiciones anticipadamente y esperaron hasta el último día, cuando vencieron las LEFI el 10 de julio.

Ese jueves, cerca de $10 billones quedaron liberados en el sistema. De ese total, el Banco Central estimó una demanda genuina de $5,3 billones y un excedente de $4,7 billones que, de no ser absorbido, habría desbordado el equilibrio monetario. La solución llegó 48 horas más tarde: el Tesoro emitió deuda por ese mismo monto a través de siete títulos y convalidó tasas de hasta el 48% anual.

“Para nosotros, el número de equilibrio el miércoles era $4,4 billones. Por eso, los $4,7 billones que levantó el Tesoro nos dejó muy tranquilos”, señaló Bausili. Sin embargo, evitó explicar por qué la reacción oficial demoró dos días tras la inyección de liquidez. En ese intervalo, el Banco Central reactivó los pasivos remunerados con pases pasivos al 36%, un instrumento que había eliminado días antes y que aún figura como “otros” en los registros oficiales.

Bausili insistió en que se trató de una decisión deliberada del sistema financiero: “Les habíamos pedido que vayan migrando el dinero hacia las Lecap en las tres licitaciones posteriores al anuncio de extinción [de las LEFI]”, sostuvo. Para el titular del Central, los bancos eligieron el momento menos ordenado, lo que obligó a una respuesta de urgencia. “Todos los días calculábamos cuántos pesos iban a representar el equilibrio cuando las LEFI no estuvieran más”, explicó.

El desarme de las LEFI significó el fin de un mecanismo por el cual el BCRA absorbía automáticamente los excedentes de pesos al final de cada jornada. “Todos los bancos, todos los días, al final del día, les sobraban pesos. Además de sobrar, esos pesos se remuneraban”, explicó. A las 20, el Central “barría” las cuentas, tomaba los saldos y los devolvía al día siguiente con interés. Ese esquema terminó el 10 de julio.

“Pasamos de un sistema en el que todo ese exceso de liquidez que se remuneraba automáticamente, dejó de ser remunerado por el Estado”, explicó Bausili. Desde su mirada, el cambio mejora la eficiencia del sistema financiero: “Cuando el Estado remunera todos los saldos todas las noches, es un costo para el Gobierno. En el extremo, es hasta un subsidio. Ahora vas a tener que ganar un retorno según qué tan eficiente seas”.

El funcionario también explicó el nuevo contexto operativo que atraviesan las entidades. “Hay ineficiencias en el sistema. Las transferencias se hacen a distintas horas. Si le tenés que pagar a ARCA se lo tenés que pagar a las 11 de la mañana, pero si rescatás un fondo común de inversión, te lo acreditan a las 18. Ahora que faltan pesos, no es lo mismo si me vas a dar la plata a las 11 de la mañana que a las 6 de la tarde”, describió.

En ese marco, el Banco Central comenzó a trabajar con el mercado en la creación de una rueda de liquidez intradiaria. “Ahora la liquidez tiene un precio”, resumió.

También defendió la decisión de elevar los encajes para los Fondos Comunes de Inversión y las colocaciones en cauciones, una medida que entrará en vigencia el mes próximo. Lo hizo durante una conversación informal con el equipo del programa, cuando el influencer libertario conocido como “El Gordo Dan” le preguntó: “¿Qué es un encaje?”.

Bausili evitó autocríticas. Ratificó que la política busca reducir el costo fiscal que implicaba remunerar saldos ociosos y apuntó a los bancos por no haber migrado a tiempo. “Todos estos movimientos hacen que el sistema sea más eficiente y menos costoso”, concluyó.