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Bill Gates quiere tapar el sol, pero Suecia se opone

El magnate apoya un proyecto que busca liberar toneladas de polvo químico en la atmósfera para atenuar la radiación solar y combatir el calentamiento global, pero autoridades suecas se opusieron al lanzamiento desde su base espacial

BAE Negocios

Bill Gates, creador de Microsoft y filántropo, se pronunció reiteradas veces a favor de cuidar el medio ambiente y preservar el planeta. Desde sus inicios en este campo, realizó diferentes publicaciones y sugirió miles de proyectos para reducir la contaminación. Entre ellos se encuentra la descabellada idea de verter en la atmósfera toneladas de polvo de carbonato de calcio no tóxico para atenuar la radiación solar, algo que las autoridades suecas descartaron tajantemente.

"La comunidad científica está dividida con respecto a la geoingeniería" del proyecto, comunicó la Corporación Espacial Sueca (SSC), responsable de llevar a cabo el denominado Experimento de Perturbación Controlada Estratosférica o SCoPEx. Es que, después de dialogar con expertos, las partes interesadas y la Universidad de Harvard, "la SSC decidió no realizar el vuelo de prueba técnico previsto para este verano".

¿Cuál era el plan de Bill Gates? El magnate apoyaba un proyecto que buscaba que un globo científico llevara toneladas de polvo de carbonato de calcio no tóxico a una altura de 20 kilómetros. Desde allí, esparciría el polvo por toda la atmósfera, algo que, según científicos de Harvard,  podría atenuar la radiación solar y contrarrestar así los efectos del calentamiento global.

Los detalles del proyecto

“Planeamos liberar carbonato de calcio, un polvo mineral común. También podemos liberar otros materiales como sulfatos en respuesta a la evolución de los intereses científicos", habían anunciado los científicos. En este sentido, el sitio web de SCoPEx asegura que el experimento "no representaría un peligro significativo para las personas o el medio ambiente".

¿Y qué tiene que ver Suecia en todo esto? El lanzamiento estaba planeado para el próximo junio en la estación espacial Esrange, ubicada en la ciudad de Kiruna, en el extremo norte del país. Sin embargo, activistas suecos se opusieron abiertamente a la iniciativa advirtiendo que el proyecto de Harvard podría tener "consecuencias catastróficas".

 

El Consejo Saami, que aboga por los derechos del pueblo indígena lapón de Suecia, y tres grupos ambientalistas locales firmaron una carta conjunta en la que defienden que "la investigación y el desarrollo de la tecnología de la inyección de aerosoles estratosféricos tienen implicaciones para todo el mundo y no deben avanzarse sin un consenso global pleno sobre su aceptabilidad".

Por su parte, David Keith, profesor de física aplicada en la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de Harvard que forma parte del proyecto cancelado, afirmó a Reuters que su equipo planea utilizar los próximos meses para tratar de convencer a las autoridades suecas de que les den luz verde para una prueba eventual, pero en caso de rechazo, el vuelo podría trasladarse a EE.UU. para el año que viene.

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