Carlos Ruckauf: "Yo le ofrecí todo mi apoyo a Rodríguez Saá para que no renuncie"
A 20 años de la crisis y la asunción de Duhalde, el entonces gobernador bonaerense recuerda que propuso un gobierno de coalición con De la Rúa como presidente, critica el rol de parte del radicalismo en esos días y destaca: "Yo acaté el 'que se vayan todos'"
A 20 años de la asunción de Eduardo Duhalde como presidente, Carlos Ruckauf, gobernador bonaerense durante la crisis de 2001, recuerda en diálogo con BAE Negocios que estaba a favor de que Fernando de la Rúa continuara al frente de un gobierno de coalición y afirma que parte del radicalismo tuvo un rol desestabilizante contra el entonces presidente. También asegura que le dio su apoyo a Adolfo Rodríguez Saá para que no renunciara.
—¿Cuál fue en ese momento su postura sobre la renuncia de De la Rúa? —Yo le había planteado la necesidad de un gobierno de unidad nacional, pero con De la Rúa, porque el problema para mí siempre fue político, no económico. Obviamente sin Domingo Cavallo, porque se había empecinado en mantener el 1 a 1.
—En retrospectiva, ¿cree que que el peronismo debería haber actuado distinto? Parte del antiperonismo tilda su actitud en esos días de "golpista". —El propio De la Rúa plantea tiempo después su soledad en su propia fuerza política. Dice que el radicalismo y el peronismo bonaerense estaban en contra de él. Los mismos Carlos Maestro (presidente de la UCR en Senado) y Horacio Pernasetti (presidente de la UCR en Diputados) decían que el proceso estaba agotado. Nadie hubiera podido rechazar un gobierno de unidad nacional cuando yo se lo planteé a Fernando (De la Rúa). Cuando él habla del acuerdo, ya no había retorno.
—¿Hubo responsabilidad de los intendentes en los saqueos? —Sobre esto hay muchas hipótesis. Yo viví la desesperación de que no hubiera una masacre. Ahí había hombres, mujeres y niños, entonces se intentó la detención pero no se permitió que se disparara. Si no, hubiéramos tenido cientos de muertos.
—¿Qué sintió cuando murió De la Rúa? —Mucha pena. Creo que era un hombre decente y de bien. Tuve una muy buena relación personal con él y lo acompañé mucho tiempo para que pudiera realizar el gobierno. Creo que fue víctima de las circunstancias, no un víctimario. Es muy difícil ser presidente en una crisis.
—Ramón Puerta dijo que usted se fue antes de la famosa reunión en Chapadmalal convocada por Rodríguez Saá, dando a entender que le quitaba el apoyo. ¿Fue así? —No. Yo le ofrecí todo el apoyo a Rodríguez Saá. Cuando él me dijo que se sentía sin apoyo, le dije "si considerás que el que yo esté acá no es apoyo, me voy". Y me dijo Puerta que entonces venía conmigo. No quise quitarle apoyo a Rodríguez Saá.
—¿Hubiera preferido seguir siendo gobernador en vez de asumir como canciller? —Obvio, porque si llegábamos al gobierno y nos iba bien, le iba a llegar a la Provincia, y si nos íba mal volcábamos todo.
—¿Tenía intenciones de asumir usted la presidencia al renunciar Rodríguez Saá? ¿Fue Alfonsín quien terció a favor de Duhalde? —Yo no me había planteado ser presidente en ese momento. Quería serlo después, en las elecciones. Lo apoyé a Duhalde porque en realidad le correspondía la presidencia a la UCR. Le dije a Alfonsín "este turno es de ustedes". "Bueno, pero si ponemos a Duhalde todos lo podemos apoyar y salir de esto". Y yo dije "pero, ¿y la UCR?" y él me contestó "ocupémonos de la Argentina. Yo después me ocupo de la UCR".
—¿Qué rol jugó Menem en esos días? —Sé, porque me lo dijo De la Rúa, que Menem lo fue a ver a él antes de que renunciara y le insistió en que yo tenía razón con la idea de un gobierno de unidad nacional (con De la Rúa a la cabeza).
—¿Cuándo resignó finalmente su ambición presidencial? —Al tomar la decisión de ir a ayudar al gobierno nacional, quemé la posibilidad de ser candidato, porque ya era parte de un gobierno de salvación, no de uno ulterior.
—¿Qué aprendió Argentina de la crisis y en qué cosas el país sigue igual? —La gente está caliente como entonces. En las elecciones de este año ganó el ausentismo. Hay mucha miseria, desconsuelo en los sectores medios y enfrentamientos muy fuerte en la clase política. En lo positivo, creo que hay más diálogo y más madurez en los analistas económicos. En 2001 había más fantasía.
—¿Por qué volvimos al FMI después de tanto rechazo a él? —Porque queremos vivir con más de lo que tenemos. Si en tu casa entran 40 no podés vivir como 80. Cuando querés vivir como 80 empezás a pedirle a todos los vecinos. Después, cuando no le pagás a ninguno llega un momento en el que ni te saludan.
—¿Cree que podría tomarse como ejemplo el gobierno de coalición que se logró hace 20 años para al menos llegar a algún tipo de acuerdo político hoy? —Lo que creo es que primero tenés que tener un acuerdo parlamentario sobre la negociación con el Fondo para después poder llegar a un acuerdo con el Fondo. El camino es el inverso al que se está siguiendo. Y luego un plan de acción económico y social para los próximos dos años.
—Su último cargo público lo ocupó en 2007. ¿Cuál es hoy su relación con la política? —Yo estoy absolutamente retirado. Estuve convencido de que había que acatar el "que se vayan todos". Me fui a mi casa, estuve mucho tiempo sin hablar. Cuando opino, opino porque me preocupa mi patria. Es el país de mis hijos y mis nietos.