Cinco datos para entender los Martín Fierro de Cable 2024
Pocas sorpresas, algún nombre nuevo, señales consagradas, dos años de tarea: el periodismo reina en las señales de cable y es por eso que los Martín Fierro de Cable tienen tal orientación. Pero al mismo tiempo, revelan datos sustanciales del negocio audiovisual en la Argentina.
Hay una especie de hiperinflación de Martín Fierro: los “normales” de TV, los de radio, los digitales, los latinos, los de cine y series y, para cerrar, los Martín Fierro de Cable. Primer dato: la actividad audiovisual no sólo ha diversificado pantallas, sino que, además -sobre todo- ha diversificado formas. No sólo eso: también ha colocado en diferentes nichos diferentes tipos de emisión. Quizás en el futuro sólo haya que pensar en un gran Martín Fierro para todo el audiovisual, en consonancia con una diversificación que no es más que pluralidad de ventanas. Se verá: por lo pronto, aquí estamos fieles a la multiplicación de las fiestas. El de Cable 2024 en realidad fue una entrega doble: la de 2022 -que no se realizó- y la de 2023. Y los grandes protagonistas fueron los periodistas y el periodismo, con premios que se repartieron A24, TN, Crónica (tres en este caso, LN+ y las señales de deportes.
Segundo dato: el cable sigue el mismo camino que la TV de aire, del que no es más que una extensión. Lo que importa es el vivo y directo. Es cierto que hubo premios para categorías más -digamos- artísticas (infantil, documental), pero lo que marca la diferencia, que es ni más ni menos el uso que hoy día se le da al aire y al cable, es el servicio noticioso, el constante flujo de realidad. El “qué está pasando” rige, por lo tanto, la hoy tradicional conducta de zapping entre diferentes señales, incluso si las noticias (algo a revisar en las producciones periodísticas) son las mismas.
Lo que lleva al tercer dato: ¿qué se premia? En algunos casos, la excelencia (dos ejemplos: el premio a Carolina Amoroso y el premio a Gonzalo Bonadeo). En otros, una especie de tradición (los premios que obtuvieron Marcelo Bonelli y A dos voces, incluyendo un reconocimiento al conductor por su carrera y el Oro 2023). Pero sobre todo, se premia estilos: el de producción integral a Crónica es una forma de marcar una diferencia respecto de cómo se hace “lo mismo” en otros ca.nales (con idas y vueltas, es fiel a un estilo que lo diferencia, no pasa tanto con las demás señales). O el premio a Roxy Vázquez por la conducción del noticiero de la mañana en TN. El “infotainment” es la norma desde que los canales de noticias deben trabajar las 24 horas.
Pero entonces, es necesario hablar de un cuarto dato. Salvo algunas excepciones (el increíble Ariel Tarico ganó por labor humorística en ambos años, aunque toda la terna era la misma para las dos temporadas), no se repitieron nominados de 2022 en 2023. Y esto implica, también, que el estilo periodístico brilla de acuerdo con la coyuntura. No es raro que en 2022 hayan brillado los programas periodísticos y, en 2023, los políticos: Qatar y la serie cuasi infinita de elecciones de 2023 son los hechos que moldearon la actualidad de cada año. O, por lo menos, lo que queda en perspectiva un año (o dos) más tarde.
Queda un quinto dato: los nombres se repiten y hay poca renovación tanto en nominaciones como en ganadores, aunque empieza a dominar el podio una que ahora está alcanzando la madurez y domina el paisaje. Hubo alguna sorpresa y novedad (Sol Rivas, ganadora por su labor en DSports en 2023), pero también un nuevo estándar. Lo que lleva a una conclusión o de regreso al principio de esta nota: lo que los premios revelan es un doble juego. Por un lado, en los nombres, el establecimiento de un estándar de nombres y señales acotado en una grilla infinita. Por el otro, la confirmación de cómo se relaciona el espectador tradicional, hoy, con la grilla enorme de señales. Gana el periodismo, con más o con menos show. El mito de la TV es la realidad al instante. Estos premios demuestran que ha vuelto a su origen.