Cinco películas de amor para conmoverse en Mubi
El amor es uno de los grandes temas del arte en general y, por lo tanto, también del cine. Aquí les recomendamos cinco ejemplos de la plataforma Mubi, de diferente origen, forma y tono, para darle un poco de tibieza emocional a esta ola polar.
Uno puede pensar que las películas de amor (no hablamos de "romances" solamente, sino aquellas donde el amor es central) son todas iguales y que en todas pasamos de la alegría al sufrimiento, con final de regreso alegre o estacionamiento trágico. Nada que ver, por supuesto: la experiencia del amor, especialmente en estas películas que incluyen algunos bastante polémicos, es múltiple y ha sido metáfora de muchas otras cosas. Las que vamos a recomendar figuran en Mubi -gracias, y no poco, a que la plataforma incluye filmes de todo el mundo y todas las épocas, algo cada ves más escaso en sus competidoras-. Así que vamos con amores, pues.
Amor de señora original con un señor adulto, mientras trata de criar a dos hijas: una que no sabe si ser monja o ceder a sus primeros deseos sexuales y otra, chiquita, que sólo quiere ser la mejor nadadora del mundo. La señora es Cher, el hombre que la conquista es un simpático Bob Hoskins (si no lo recuerda, el detective de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? y las chicas son una estelar Winona Ryder y una recién debutante Christina Ricci con menos de diez años. La película, pura sensibilidad aunque en el rodaje Cher y Ryder casi se matan, se llama Mi madre es una sirena (o Mermaids, en el original), la realizó un gran comediógrafo llamado Richard Benjamin (que también hizo cosas feas, ojo) y su costado romántico es lateral pero clave para entende la relación madre-hija. Gran final.
Amor triple en Los Soñadores, una de las últimas películas de Bernardo Bertolucci que encuentra a un joven estadounidense (Michael Pitt) conviviendo en cierta casa de París con un par de hermanos (él es Louis Garrel y la chica es ni más ni menos, en su rutilante irrupción en la pantalla, Eva Green) mientras afuera estalla Mayo del 68. Hay mucha cinefilia -el cine es el punto de encuentro de los personajes-, una cantidad enorme de erotismo y una historia de amor que va de lo poco convencional a una "normalidad" que proviene específicamente de las películas. Más allá de ciertos defectos y desequilibrios, por momentos es arrolladora. Sobre todo Green y no solamente porque se desnude en pantalla.
Es muy probable que In the mood for love sea la mejor película de Wong Kar-wai, y sí es una gran película romántica en la que Maggie Cheung y Toni Leung, dos vecinos desencantados por sus respectivas parejas, viven un romance esquivo, de alusiones, atravesado por el melodrama y -sobre todo- una novela que se escribe casi a cuatro manos. Todo parece ocurrir en un mundo de ensueño, aunque por momentos vire a pesadilla. El clima de romance es permanente y esos dos actores (lejos en la elite mundial de la profesión) nos permiten creer en sus setimientos con pequeños gestos, medias palabras, discreción mutua. Y sí, es muy bella, como si estuviera hecha de la sustancia de los sueños, en gran medida gracias al trabajo de iluminación de Christopher Doyle (habitual para el director, quien fotografió la Buenos Aires de HappybTogether) y Ping Bin Lee.
La isla de Bergman habla del matrimonio. Realizada por la francesa Mia Hansen-Love, muestra a un matrimonio de guionistas (Vicky Krieps y Timi Roth) que deciden pasar una temporada en Farö, la isla donde Ingmar Bergman vivió y hasta filmó algunas de sus películas; cada uno debe escribir un guión. Sí, la alusión es a Escenas de la vida conyugal, pero para nada la película se queda en la cita. Es una comedia amable sobre el amor matrimonial, pero también sobre la historia, los recuerdos y, sobre todo, los límites entre la ficción y la realidad, lo que la colocan bastante por encima de una mera exhibición de lo que significa estar casado. Los actores son brillantes ambos y por momento todo tiende tanto a la emoción como a la risa con grandísimo equilibrio. La sensibilidad de la realizadora es suficientemente grande como para que le otorgue además una gran inteligencia -nunca jactancia intelectual, un riesgo dado el tipo de criaturas que vemos- a sus personajes. El paisaje compleenta perfectamente sus estados de ánimo.
Y acaba de ingresar a la plataforma Zwartboek o El libro negro, de Paul Verhoeven, la película más vista en la historia de los Países Bajos. La protagonista es Carice Van Houten (seguro que la recuerdan como la bruja roja de Game of Thrones, también es una gran cantante pop) y la historia es la de una joven judía de familia acomodada durante la ocupación nazi, que sobrevive a la masacre de su familia y se une a la Resistencia. Pero cero lugares comunes: los "resistentes" son tan antisemitas como los nazis, la joven se enamora de un militar alemán cuya familia fue masacrada en el bombardeo a Dresden -y a quien no le importa que ella sea judía- y el líder de la Resistencia es... Bueno, acá hay acción, aventuras, sexo, melodrama, política, suspenso (mucho Hitchcock, de paso) y un ritmo que no se detiene nunca. Descripta así, parece "una de Hollywood" -y Verhoeven, recuerden, hizo Robocop, El vengador del Futuro, Bajos Instintos, Showgirls, Invasión y El hombre sin sombra en esos pagos- pero es muchísimo más: un melodrama romántico atravesado por la violencia y que hace volar en millones de pedazos toda corrección política. Sí, es la mejor del director.