Imparable

Imparable es quizás la mejor película de Tony Scott. Es la historia de dos conductores de locomotora obligados a parar a un tren que marcha a toda velocidad sin conductor. Pero es también una historia sobre la inutilidad de ciertos políticos, de arreglos sindicales que arruinan la vida de alguien, de decisiones corporativas que chocan con la moral, y de cómo una necesidad moral termina imponiéndose por encima de los problemas mundanos. Con muchísima acción y suspenso, y dos grandes trabajos de Chris Pine y Denzel Washington, la película plantea una aventura y un mapa social al mismo tiempo. Muy pocos filmes lo logran. 

Avión presidencial

¿Es Avión presidencial una película política? Sí porque, aún cuando en cierto sentido es "Duro de matar en el aire y con el presidente estadounidense como John McClane", se plantean una serie de interrogantes y decisiones que no son comunes. Uno, si la violencia es la solución a un conflicto (tanto de parte de Harrison Ford como su gran némesis interpretado por Gary Oldman), si un hombre o una familia valen más que un Estado, y cuál es el rol del Estado en esa decisión, y cuáles son los límites de la convivencia entre ideologías opuestas. Y todo entre tiros, piñas y suspenso máximo. 

Contra el enemigo

Una serie de atentados de células terroristas islámicas en Nueva York llevan a que la ciudad sea ocupada por el Ejército de los EE.UU. (comandado por un tremendo Bruce Willis) que "se excede" en el uso de medidas como la tortura, mientras una agente múltiple de la CIA (Annette Bening) y un miembro del FBI (Denzel Washington) tratan de evitar más atentados. El entramado de cuestiones políticas con el puro clima de suspenso es tan perfecto que no se pueden separar. Y aunque triunfan la moral y el derecho, quedan preguntas.

Ojos de serpiente

Esta obra maestra de Brian De Palma es justamente famosa por su prólogo, un plano secuencia de más de 20 minutos que luego se desarma durante el film. Pero a medida que este progresa, a medida que el asesinato que ocurre al principio se va develando, también se muestra la manipulación del Estado y de los medios de comunicación como "encubridores" de un misterio. La actuación desquiciada al principio y moral al final de Nicolas Cage y el trabajo brillante de De Palma con múltiples puntos de vista multiplican el efecto.