Coltrane, en sus propias palabras

Desconfiado de que las palabras pudieran expresar lo que podía decir con su música, John Coltrane prefería no dar entrevistas. Tres veces lo dejó hacer al crítico francés Michel Delorme y esas conversaciones son ahora parte de un libro editado por Alpha Decay: My Favorite Things

Eduardo De Simone

John Coltrane era poco propenso a dar entrevistas. Siempre se supo que prefería que su música fuera la que hablara, porque no estaba convencido de que palabras de ocasión o elegidas al azar fueran idóneas para expresar aquello que su sonido transmitía por sí mismo.

My Favorite Things, Conversaciones con John Coltrane

Esa escasez de conversaciones con medios periodísticos le asigna especial importancia a la reedición que acaba de lanzar la editorial Alpha Decay del libro My Favorite Things, Conversaciones con John Coltrane, que el crítico francés Michel Delorme mantuvo con el legendario músico de jazz entre 1962 y 1965.

El volumen, mínimo pero de alta intensidad, se compone de tres entrevistas, una en 1962, otra en 1963 y la última en 1965, seguidas de una carta de Coltrane a Don DeMichael.

En estos intercambios se revela la especial modestia de Coltrane, al elogiar con vehemencia a Eric Dolphy, a Mingus o Art Blakey. De Mingus sostiene que él mismo nunca podrá llegar al extremo que el contrabajista y compositor ya había alcanzado. Y se manifiesta entusiasta de poder eventualmente formar parte de los Jazz Messengers de Blakey.

En el curso de las conversaciones Coltrane da pistas de su evolución sonora y de sus preocupaciones artísticas. “Mis gustos me llevan a tocar largamente en solo más que a acortar mis improvisaciones. Cuando me veo obligado a hacerlo siempre es por una razón particular dictada por el momento. Es lo que tuvimos que hacer en el Apollo, pues disponíamos de un tiempo reducido para improvisar y tuvimos que limitarnos. Pero algunas noches, cuando empezamos a tocar sentimos la inspiración y entrevemos la posibilidad de lograr cosas buenas, entonces nos parece ilógico acortar nuestros solos. Mi forma de tocar se pliega difícilmente a limitaciones de tiempo. Mis ideas deben desarrollarse naturalmente en un largo solo. No puedo hacer gran cosa contra eso, hay que aceptarlo”, enfatiza en un momento.

Justamente, la extensión de sus solos le había generado ya un conflicto con Miles Davis en la última gira europea que compartieron. Coltrane no sabía cómo limitarse y Miles le soltó: “Es muy simple: apartas el saxo de tu boca”.

En la última entrevista, dos años antes de su muerte, le preguntan por la religión y por la fe. Admite que recobró la fe luego de haberla perdido y agrega: “Mi música es un agradecimiento a Dios”.

Son valorables estas expresiones porque siempre fue difícil escribir sobre la música de Coltrane. Bob Thiele, el gran productor de sus discos para Impulse! se resistió cuando le tocó idear las liner notes para el primer álbum del cuarteto histórico. “Tengo la sensación de que no hace falta ningún comentario”, sentenció.

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