Cómo se reconstruye una ciudad destruida; recursos, creatividad y una insólita competencia

La reconstrucción simultánea de Los Ángeles y el sureste de EEUU tras desastres naturales desafía los recursos de construcción. La competencia por materiales y mano de obra promete retrasar la recuperación

BAE Negocios

El paisaje estadounidense posdesastre se asemeja a un tablero de ajedrez donde las piezas compiten por sobrevivir. La vasta escala de los daños causados por los incendios forestales en Los Ángeles está saliendo a la luz, mientras que las ciudades devastadas de la otra costa están empezando a reconstruirse tras los huracanes consecutivos que asolaron el sureste el pasado otoño. Las ciudades en reconstrucción compiten ahora por mano de obra especializada, materiales de construcción escasos y electrodomésticos a medida.

Los incendios en California y los huracanes en el sureste dejaron un rastro de destrucción: más de 12.000 estructuras quemadas y USD 50.000 millones en pérdidas en el oeste, mientras que los ciclones Helene y Milton cobraron más de 250 vidas y otro medio centenar de miles de millones en daños entre Florida, Carolina del Norte y estados vecinos. Para colmo de males, una nueva batalla se presenta ahora y no es contra la naturaleza, sino por los recursos para reconstruir.

Los incendios en California ya pusieron en crisis a la industria de seguros, ahora es el turno de las contructoras.

Especialistas alertan sobre una "competencia estilo Hunger Games" por materiales y mano de obra, en palabras de Sean Burton, CEO de Cityview. Constructores en el sureste ya contemplan trasladarse a Los Ángeles, atraídos por mayores oportunidades. Pero la escasez no solo radica en trabajadores: el acceso a acero, madera, electrodomésticos y materiales personalizados será un obstáculo para todos.

Saket Soni, director de Resilience Force, advierte que el colapso del mercado laboral podría intensificarse si las políticas migratorias del gobierno federal restringen aún más el acceso a trabajadores indocumentados, quienes representan el 13% de la industria de la construcción. Paradójicamente, algunos podrían sentirse más seguros trabajando en California, estado santuario.

Las autoridades californianas, conscientes de la urgencia, relajaron normativas para acelerar la reconstrucción. Pero esta maniobra, aunque necesaria, podría agravar la competencia. "Más contratistas saltarán al ruedo aprovechando la desregulación", sostiene Soni, lo que sumaría presión a un mercado ya estresado.

 

 Pese al desastre en ciudades como Carolina del Norte (foto), constructores en el sureste ya contemplan trasladarse a Los Ángeles 

Ante esta situación, algunas voces defienden un cambio de paradigma. Kishani Perera, diseñadora en Los Ángeles citada por The Wall Street Journal, promueve materiales no convencionales como aluminio, lana de oveja y tableros de magnesio. Aunque tradicionalmente presentados como más resistentes al clima, ahora también se publicitan como inmunes a los aranceles. "Todos estos materiales se producen en EEUU", argumenta Perera, destacando su potencial frente a un mercado global incierto.

Mientras tanto, las recomendaciones más pragmáticas, como las compras masivas de insumos, podrían aliviar costos, pero no resolverán la raíz del problema. La simultaneidad de los desastres, unida a los preparativos de Los Ángeles para el Mundial 2026 y los Juegos Olímpicos 2028, exacerba la urgencia.

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