Con la suba del riesgo país, el acceso a financiamiento internacional está cada vez más lejos
El aumento del riesgo país en los últimos tres meses alejó a la Argentina de la posibilidad de un acceso al financiamiento internacional a tasas similares de los países emergentes, una situación que será difícil de superar en el actual contexto internacional
La suba del riesgo país a partir de mediados de enero complicó el propósito del Gobierno de Javier Milei de acceder al financiamiento internacional a tasas convenientes luego de que se concrete el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y en la actualidad la deuda soberana argentina presenta un rendimiento anual que por lo menos duplica el de sus países vecinos.
El retroceso experimentado en ese sentido a partir del 9 de enero, cuando el marcador del JP Morgan tocó los 560 puntos básicos, revirtió un proceso de baja iniciado en la actual gestión presidencial, al pasar de un promedio de 2.700 pb en el último trimestre de 2023 a ese mínimo que hizo confiar a muchos operadores financieros en nuevos descensos, que llevarían el riesgo país al orden de los 350 puntos.
Esa visión optimista quedó truncada por un cambio en la tendencia que llevó al riesgo a una marca cercana a los cuatro dígitos (979 pb el 7 de abril), debido a una serie de circunstancias que, para la consultora Quantum Finanzas, corresponden “en parte, a un contexto internacional de creciente incertidumbre, aunque también por cuestiones diversas propias de Argentina”.
Factores adversos
En ese sentido, las demoras en las definiciones sobre el acuerdo con el FMI, del que Milei dijo hace dos meses que “sólo falta el moño” para su firma, las complicaciones en el frente político tras el escándalo de $LIBRA y los desacuerdos electorales con fuerzas afines al oficialismo, se sumaron al desarme de posiciones en pesos por parte de inversores que comenzaron a demandar dólares, además de un aumento de las importaciones que impactó en el nivel de reservas del Banco Central, en un contexto en el que muchos alertan sobre un atraso cambiario.
En el plano internacional, la adopción de políticas proteccionistas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que desembocaron en el anuncio de un incremento de los aranceles a la importación de todo los países, completó un panorama adverso que aún se encuentra en pleno desarrollo.
Ese panorama afectó más a la Argentina que a otros países, a juzgar por los aumentos de los rendimientos de bonos a diez años a partir del 9 de enero: desde entonces, la deuda soberana argentina pasó del 10% al 12,7% anual, con un incremento de 236 puntos básicos, un desempeño que la equipara con las de “países que tienen fundamentos deteriorados o que pasan por situaciones de tensiones políticas y sociales y pseudo-bélicas”, según Quantum.
Recorrido inverso a la región
Al respecto, la entidad dirigida por el exsecretario de Finanzas, Daniel Marx, tomó un conjunto de países seleccionados y comprobó que, salvo el caso de Ecuador, en la mayoría de los países latinoamericanos se dio el recorrido inverso al de la Argentina, con recortes en los rendimientos.
Entre los ejemplos señalados, se destacan las bajas de 45 puntos básicos en Brasil y Paraguay, 47 en Uruguay 59 en Chile, 60 en México, 67 en Perú y 328 puntos básicos en Bolivia.
De esta forma, el ranking de rendimientos ubica a la Argentina en el tercer puesto detrás de Ecuador (30%) y Bolivia (28,7%), lejos de los que exhiben Brasil (6,5%), Colombia (6,1%), México (5,7%), Paraguay (5,3%), Perú (5,1%), Chile (4,8%) y Uruguay (4,7%).
En ese marco, “el rendimiento actual de los bonos soberanos de Argentina se alejó de la media de países emergentes”, advirtió Quantum, que equiparó la situación de la deuda soberana con la de países como Congo (14,,2%), Kenia (11,5%), Pakistán (12%) o Egipto (11,5%).
Acuerdo con el Fondo y ajustePara la consultora, “un nuevo entendimiento con el FMI y la consolidación de la expectativa de continuidad de los ajustes macroeconómicos logrados y de avances en las reformas estructurales, son factores que podrían contribuir a que los rendimientos de la deuda argentina se acerquen a los de otros países de la región”.
“Sin embargo -advirtió- no ayuda el clima internacional actual que parece inducir el flujo de capitales hacia activos de menor riesgo”, en lo que en la jerga financiera se conoce como “flight to quality”.