Las diferencias entre el presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel son cada vez más notorias. La tensión volvió a subir luego de que la presidenta del Senado cuestionara a uno de los candidatos elegidos por el Ejecutivo para ocupar un lugar en la Corte Suprema.

Sin vacilar, Villarruel aseguró que el juez federal Ariel Lijo no tiene los "pergaminos necesarios" para integrar el máximo tribunal. “Mi opinión sobre Lijo es pública. No estoy de acuerdo con su candidatura", expresó ayer durante un almuerzo en el Colegio de Abogados.

La vice se quejó además de que ocuparía el lugar que dejó vacante Elena Highton en 2021 y que no será ocupado por otra mujer. "Me hubiera gustado que ese lugar lo ocupara una mujer, y lo dice alguien que no es feminista sino desde un lugar de justicia", subrayó.

La confrontación con Milei sucede en la previa de la exposición del juez Lijo ante la comisión de Acuerdos del Senado que defenderá su nominación.

No es el primer fuego cruzado de esta semana. La vicepresidente quedó apuntada como la responsable no de frenar el aumento de 9 millones de pesos a los senadores luego de aprobarse la paritaria de los empleados legislativos.

El Senado no quiso desengancharse de estos aumentos, como sí lo hizo la Cámara de Diputados. Villarruel se despegó de la decisión que tomó el cuerpo legislativo y aclaró que “no decide sobre las paritarias de los empleados”. Ahora convocó a una sesión especial para mañana con el objetivo de que se aprueba una resolución que dé marcha atrás a la suba de las dietas de los legisladores.

Milei reaccionó con furia a través de las redes sociales en un extenso texto en que consideró a la medida como “una traición al pueblo argentino”. “Cobrar 9 millones de pesos en este contexto es más que una burla, es traición al pueblo trabajador”, escribió en X.

La vicepresidente había quedado enojada por el desaire que le hicieron el viernes al no ser invitada a la cena de camaradería que organizó Presidencia en el Ministerio de Defensa. Tampoco asistió ayer a la reunión de gabinete por "problemas de agenda" en el Senado. El fin de semana se bajó de un viaje a Mendoza y no asistió al acto del 17 de agosto junto al Presidente.

También quedó envuelta en varios temas que generaron cortocircuitos como la convocatoria a la sesión por el rechazo del DNU 70/23; por el tuit contra Francia tras la Copa América; y por la visita de diputados a represores en la cárcel de Ezeiza.