Crisis textil en Argentina: la avalancha de importaciones pone en riesgo miles de empleos
Se registró un récord de ingresos en algunos ítems
La industria textil argentina atraviesa una crisis profunda. Durante el primer trimestre del año, las importaciones textiles se dispararon a niveles históricos, impulsadas por una política de desregulación comercial que amenaza la producción nacional y el empleo en todo el país.
Según los datos que difundió la Fundación ProTejer, las importaciones de ropa aumentaron un 86% interanual en volumen, mientras que los textiles para el hogar crecieron un 109%. Sin embargo, los valores en dólares aumentaron mucho menos, lo que indica una fuerte caída en los precios promedio por kilo. De hecho, el valor promedio por kilo de indumentaria en 2025 es un 26% menor al de 2024, el más bajo en al menos once años.
El segmento de tejidos de punto muestra datos aún más alarmantes: ingresaron más de 30.000 toneladas en el primer trimestre de 2025, un incremento del 155% respecto al año anterior. En paralelo, el valor en dólares creció solo un 79%, lo que refuerza las sospechas de subfacturación favorecida por la eliminación de controles aduaneros y valores criterio. El precio FOB promedio fue 45% más bajo que el promedio entre 2015 y 2024.
El fenómeno de las importaciones masivas a precios bajos se explica por tres factores clave:
Desregulación comercial. Eliminación de valores criterio, flexibilización de controles aduaneros, cambios en el régimen antidumping y ausencia de políticas de control de sustancias nocivas en textiles. Excedentes globales. Con una caída de la demanda en mercados clave, especialmente en Asia, los países exportadores redirigen su sobreproducción hacia mercados con menores barreras de ingreso, como Argentina. Política económica local. La apreciación del peso argentino (38% desde la devaluación de diciembre de 2023) y la reducción de aranceles textiles en marzo de 2025 abaratan los productos importados, perjudicando la producción nacional.Como consecuencia directa, en el primer trimestre de 2025, el 67% de las prendas consumidas en el país fueron importadas, el mayor porcentaje registrado. Esta pérdida de participación de la producción nacional refleja una tendencia sostenida desde 2015, profundizada por el actual contexto económico.
El impacto no es solo estadístico: empresas cierran, empleos se pierden y se desintegra la cadena de valor textil. La industria compite en desigualdad de condiciones frente a productos importados a precios irrisorios, lo que afecta el desarrollo tecnológico, la inversión y la soberanía productiva argentina.
El informe advierte que, sin una estrategia de desarrollo industrial de largo plazo, será imposible mantener el nivel de actividad, el empleo y la competitividad del sector textil argentino. Se requieren políticas activas y sostenidas, como las implementadas por países desarrollados, que fortalezcan la producción local, promuevan la innovación y aseguren condiciones estructurales justas.
La situación actual exige revisar de forma urgente la política económica nacional, no solamente para proteger al entramado industrial argentino sino también para asegurar un modelo de desarrollo con inclusión, empleo y soberanía.