El sur de Europa se consolida como motor de crecimiento de la eurozona, y Grecia lidera este fenómeno con un incremento del PIB per cápita del 10,9% desde 2020, superando incluso a economías como Alemania, cuyo indicador cayó un 1,6% en el mismo período. El “milagro griego” es resultado de factores demográficos y laborales que han impulsado la productividad en un contexto de adversidades económicas.

Aunque la renta per cápita de Grecia aún está lejos de la alemana, la brecha entre ambos países se ha reducido en 13 puntos porcentuales. Según datos de Eurostat, el PIB per cápita griego pasó de 16.320 euros en 2020 a 19.460 euros en 2023. La OCDE subraya el notable avance en competitividad, inversiones y exportaciones de alta tecnología, acompañado de un descenso histórico del desempleo, que bajó del 20% en 2020 al 9,5% en 2024.

 

La Paradoja demográfica

En términos agregados, el PIB de Grecia ha crecido un 8,5% respecto a niveles prepandemia, superando a España (5,7%), Portugal (6,8%) e Italia (5,5%). Este dinamismo es aún más destacable en términos per cápita, con Grecia a la cabeza del avance en Europa.

Curiosamente, el declive demográfico ha contribuido al aumento del PIB per cápita al reducir el denominador en la fórmula de cálculo. Sin embargo, este factor plantea serios desafíos. Con una tasa de fecundidad de apenas 1,32 hijos por mujer y un máximo poblacional alcanzado en 2005, Grecia enfrenta una contracción del 20% en su población para 2050. Esto impactará la sostenibilidad fiscal y la innovación.

 

Deuda y estabilidad fiscal

La OCDE advierte sobre la creciente dependencia de servicios sociales, altas tasas de pensiones y escasez de capital humano calificado. Asimismo, destaca la necesidad de mejorar los servicios de cuidado infantil para fomentar la participación de las mujeres en el mercado laboral.

El desempeño fiscal ha sido clave para recuperar la confianza de los mercados. Fitch proyecta una reducción de la deuda pública griega del 164% del PIB en 2023 al 140% en 2028, gracias a superávits primarios sostenidos y crecimiento nominal. Grecia ha logrado una de las mayores disminuciones de deuda en Europa tras la pandemia, manteniendo el déficit presupuestario en torno al 1% del PIB.

 

Retos estructurales

Pese a los avances, la productividad sigue rezagada y la inversión en innovación es insuficiente. La OCDE insta a Grecia a reducir las barreras regulatorias en sectores clave, fortalecer la formación profesional y fomentar la adopción de tecnologías avanzadas.

Con sólidos fundamentos macroeconómicos y el respaldo de los fondos europeos, las perspectivas de crecimiento griego son positivas. No obstante, la sostenibilidad a largo plazo dependerá de su capacidad para abordar los desafíos estructurales y demográficos que aún persisten.