Imparable

¿Se puede hacer una película sobre corrupción sindical, estupidez estatal, opresión a las mujeres, lucha de clases, ambientalismo que sea al mismo tiempo un espectáculo vertiginoso a pura acción y suspenso? Tony Scott, un genio al que reconocimos tarde como tal, lo demostró con su última película. Imparable es la historia de un tren a máxima velocidad que solo un tipo al que están echando de su trabajo (Denzel Washington) y el entongado del sindicato, pero tipo cabal con problemas que lo viene a reemplazar (Chris Pine) pueden detener. La clase obrera transformada en superhéroes ante la imbecilidad del capital, digamos. Pura adrenalina.

Enemigo público

Scott se adelantó a la paranoia de la vigilancia global y la extrema digitalización con este thrillerr paranoico donde le destrozan la vida a Will Smith, y el único que puede sacarlo de un problema tremendo que inlcuye una conspiración gubernamental es un Gene Hackman que repite en clave desaforada su personaje en el clásico de Francis Ford Coppola La conversación. En parte da la impresión de que es un homenaje, en parte, que es una parodia. Pero es Scott diciendo que en el ridículo mundo de hoy lo que fue trágico alguna vez ya no puede contarse sin puro espectáculo.

Marea roja

Con guión de Quentin Tarantino, esta es la historia de un motín en un submarino. Un motín complicado: el capitán quiere iniciar una guerra nuclear porque cree que es lo que le ordenan desde Washington y su segundo dice que no. Lo que hace de ese lugar chico, claustrofóbico, rodado de la muerte en forma de agua y presión, un escenario de guerra. Eso sí, a la película no le faltan ni el humor ni la ironía, y una de sus grandes virtudes consiste en que en pocos metros cuadrados aparecen la épica y el suspenso extremos.

Déjà-Vu

Un tipo pone una bomba en un ferrry y mata a cientos de personas. Otro tipo investiga. Un tercer tipo muestra un sistema de vigilancia nuevo que podría elucidar el crimen. Pero no, no es "un sistema de vigilancia nuevo" sino una máquina del tiempo. Scott logra cosas increíbles (una persecución puro suspenso donde un auto persigue a otro que pasó dos días antes por el mismo lugar; la construcción límpida de un misterio) y consigue de paso que usar el romanticismo de Vértigo no sea una pose sino una necesidad dramática.