Cuatro thrillers clásicos y brillantes en HBO Max
El suspenso, mezclado o no con lo policial, es una de las componentes básicas del cine. Aquí van cuatro filmes donde el crimen no paga, a cargo de cuatro grandes maestros del género. Mujeres fatales, policías corruptos y criminales sin vergüenza, en la grilla de HBO Max.
Tras El Ciudadano, Orson Welles fue "persona no grata" en Hollywood hasta que, en los sesenta, pudo dirigir el policial Sed de mal, donde compartía el protagónico con Charlton Heston. Welles es un policía corrupto y venal, Heston, el tipo más recto del planeta. Y un atentado con una bomba pone en movimiento el duelo entre ambos, que es no sólo uno moral sino también profesional. Welles se hace una pregunta: si importa la forma de ejercer el poder para obtener resultados o no. Brillante desde el plano secuencia inicial, justamente famoso.
Una de las películas de suspenso más extrañas (y sardónicas) de la historia. En plena Guerra de Secesión, Clint Eastwood es un soldado del Norte, herido, que queda al cuidado de señoritas en un internado del Sur. Lo que desata un juego de seducción y poder entre ellas que tiene al pobre Clint como objeto de deseo y de intercambio. Don Siegel, uno de los grandes realizadores del cine, deja volar la ironía hasta el infinito en una película cuya remake (de Sofía Coppola) no logró el filo y hasta el horror de la original. Pura maldad irónica en la pantalla.
Pacto de sangreUn agente de seguros se confiesa con su mejor amigo y jefe: es culpable. Culpable de haber caído en la tentación de una mujer hermosa, de ser cómplice de un crimen, de intentar engañar a ese amigo. Basada en una novela de James M. Cain, Pacto... es uno de los mayores films noir de la historia, con Fred McMurray como el hombre corrompido por la pasión, la gigantesca Barbara Stanwyck como la femme fatale, y Edward G.Robinson en una de esas actuaciones llenas de humor asordinado que suelen robarse un filme. Clásico de Billy WIlder.
Cuerpos ardientesDe algún modo inspirada en Pacto de sangre, esta ópera prima de Lawrence Kasdan (Silverado, Un tropiezo llamado amor) narra cómo un hombre común (William Hurt) cae en el crimen llevado por una pasión amorosa que no tiene freno. El objeto de esa pasión es Kathleen Turner, que bien puede competir con la Sharon Stone de Bajos Instintos por el premio de la bomba sexual asesina más exitosa del cine. Quizás el último gran filme negro de Hollywood y un auténtico clásico.