2 de abril

Desarrollo económico para recuperar Malvinas

En la semana en que se conmemora el Día del Veterano de la Guerra de Malvinas, una mirada sobre el desarrollo económico y la soberanía 

Hernán Etchaleco

Vivimos tiempos turbulentos e interesantes. Las guerras de Rusia con Ucrania y en Medio oriente han desestabilizado el esquema de alineamientos estratégicos que ordenó al mundo desde comienzos de la década de 1990. Los aliados de siempre pueden ya no serlo y comienzan a redefinirse las alianzas en función de una competencia por la hegemonía global que tiene a China y Estados Unidos como protagonistas, trasladando el centro de gravedad geopolítico al Pacífico, quizás para siempre.

Europa se encuentra además lidiando con el notable deterioro de sus índices demográficos, que no tiene visos de revertirse ni siquiera a partir de la apertura inmigratoria que trastoca cultural y políticamente al viejo continente. Cuesta imaginar cómo será el mundo dentro de 10 años, pero lo seguro es que los poderosos de hoy tendrán menos cuota parte en un mundo en transformación. Y si bien aún está por verse en qué medida, las potencias emergentes tendrán mayor incidencia en un planeta cuyo centro de gravedad ya no pasará por el Atlántico Norte.

Un dato local sobre este aspecto: pese a que como lo hace desde hace 40 años el Reino Unido intentó bloquear la adquisición de aviones de combate F-16 por parte de la Argentina, esta vez Estados Unidos decidió avanzar con la venta. Es que el Atlántico Sur comienza a ser un área de disputa de las grandes potencias en vistas de la cuestión antártica. Y Estados Unidos entiende que, con un Londres en decadencia, deberá buscar nuevos aliados regionales si quiere mantener a sus enemigos lejos de la zona.

Este hecho, coronado con una inusual imagen que circuló por redes sociales del embajador estadounidense mirando un mapa que decía “Islas Malvinas (Argentina)”, abre una nueva etapa que nuestro país debe saber aprovechar.

Stanley habló a cámara y motró un mapa que tiene las provincias con distintos colores y se puede leer claro: "Islas Malvinas (Arg)

 

Pero para hacerlo no alcanza con palabras y buenas estrategias diplomáticas -fortaleza criolla-, es necesario planificar y hacer – histórica debilidad en nuestro suelo-. Inexorable, el mandamiento de Ortega y Gasset vuelve a interpelarnos.

Para que Argentina vuelva a ser la potencia regional dominante en el Atlántico Sur, como lo fue hasta la década de 1980, es necesario continuar con los esfuerzos realizados por el Estado Federal, que, a lo largo de esta última década, pese a los vaivenes políticos, logró darse una estrategia de defensa y de recuperación de sus capacidades militares, que debe profundizarse con un plan consensuado por todas las fuerzas políticas a 10 años.

Pero solo con lo militar no alcanza. Argentina en general y la Patagonia austral en particular deben fortalecerse económicamente a partir del desarrollo de sus recursos naturales, subexplotados como ningún otro país del mundo lo hace bajo pretexto ambiental promovido por ONG’s que responden a la potencia ocupante de parte de nuestro territorio.

Es inexplicable que algunos gobiernos provinciales sigan negando a sus ciudadanos y a los argentinos en general los minerales, los recursos pesqueros, ganaderos, agrícolas y los hidrocarburos que necesitamos para prosperar y fortalecer la soberanía argentina en un territorio visto, desde Londres y Beijing, como un espacio vacío.

El mundo está cambiando delante de nuestros ojos. Y es en ese escenario que debemos pensar el reclamo irrenunciable de la Argentina sobre Malvinas y las Islas del Atlántico Sur, que es, en definitiva, el reclamo por la proyección global del país, es decir sobre nada más y nada menos que nuestro futuro.

 

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