Día de las trabajadoras del hogar: gremio grande e invisibilizado
El sector de las empleadas de casas particulares logró avances en materia de derechos laborales pero todavía casi el 77% está en la informalidad
Este 30 de marzo se celebra el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar. El empleo registrado es un reclamo en común de quienes desarrollan esta actividad.
El gremio de las empleadas de casas particulares, el sindicato de mujeres más grande del país, logró avances en materia de derechos laborales con la Ley 26.844, pero todavía casi el 77% trabaja en la informalidad y todas ellas se dedican a una labor invisibilizada, como son las tareas de cuidados, cuyos reclamos también faltan en la agenda feminista, remarcaron especialistas y miembros de este sector en vísperas de este día. La fecha fue instaurada en 1988 cuando se celebró el primer Congreso de Trabajadoras del Hogar en la ciudad de Bogotá, Colombia.
En la Argentina, el trabajo doméstico en casas particulares alcanza a alrededor de 1,4 millones de trabajadoras, según la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Empleo, Trabajo, Salud y Seguridad (ECETSS) publicada en 2020, y un 76,8% lo hace de manera informal, es decir, sus empleadores no realizan el aporte jubilatorio correspondiente.
"Es un trabajo que representa una de las principales ocupaciones de las mujeres asalariadas de nuestro país. De hecho, es el gremio de mujeres más grande en Argentina. Sin embargo, esa cantidad numérica se contradice con una gran invisibilización", dijo a Télam la antropóloga social por la Universidad de Buenos Aires, Verónica Casas, quien se aboca a investigar en el Conicet temas vinculados a trabajo, género y cuidados.
Esa invisibilización está ligada a cuestiones de género, raza y clase que atraviesan a este rubro. El 99,3% de las empleadas en este ámbito son mujeres, según la ECETSS, y muchas hacen "malabares" para llegar a fin de mes.
"Son mujeres, pobres, de sectores populares, la mayoría marronas o de ascendencia indígena que buscan de algún modo aportar monetariamente a la economía familiar", afirmó a Télam Sandra Hoyos, licenciada en Política Social e investigadora de la Universidad Nacional General Sarmiento. Hoyos es también activista en la organización que lucha contra el racismo, "Identidad Marrón", y es la primera generación universitaria dentro de su familia, donde las mujeres se han dedicado principalmente al trabajo doméstico.
Tanto las empleadas de casas particulares como las mujeres que realizan tareas domésticas y de cuidado al interior de sus hogares de forma no remunerada se ven afectadas por esta invisibilización dado que "se asume a estas tareas como atributos naturales de las mujeres", agregó la economista feminista Mercedes D'Alessandro, quien anunció que esta semana culminará su labor al frente de la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía. "Es el sector más informal y con peores salarios de la economía argentina", agregó. Y destacó: "Muchas personas creen que si formalizan a sus trabajadoras de casas particulares ellas van a perder la AUH, el Potenciar Trabajo, el Progresar. Lo mismo la trabajadora. Pero en realidad son compatibles".
Aunque aún falta mucho por hacer, las especialistas destacan, en tanto, la relevancia de la Ley N° 26.844. Sancionada en 2013 bajo el gobierno de Cristina Fernández, la normativa reemplazó un decreto-ley dictado en 1956 durante la dictadura de Aramburu. "Ese decreto-ley regulaba el trabajo solo en un universo muy reducido de trabajadoras porque tenían que trabajar más de cuatro días a la semana y más de 4 horas para un solo empleador. Con la ley se amplía este universo y con que se trabaje una hora en una casa ya puede estar registrada. Eso es uno de los principales logros", explicó la antropóloga Casas.