Donald Trump alienta el mito de la "persecución blanca" en Sudáfrica
Tres décadas después del fin del apartheid, Trump se suma al discurso de Elon Musk sobre la “persecución blanca”, en contra de una reforma agraria que busca expropiar tierras para corregir desigualdades históricas
Donald Trump afirmó esta semana que Sudáfrica "confisca tierras" y "maltrata" a ciertos grupos, mientras agitaba la amenaza de cortar fondos que Estados Unidos destina a la ayuda social en el sur del continente africano. Su discurso resuena con el de Elon Musk, quien denuncia supuestas “leyes de propiedad racistas” y reciclan una vieja narrativa ultraconservadora: que los blancos son víctimas de persecución en la era post-apartheid, que en realidad busca criticar una reforma agraria.
Lejos de ser una "confiscación", aprobada por el gobierno de Cyril Ramaphosa, la ley de Expropiación busca corregir una desigualdad histórica: los blancos, que representan solo el 8% de la población, poseen tres cuartas partes de las tierras agrícolas. La norma permite expropiaciones en ciertos casos, con o sin compensación, pero bajo criterios legales claros y con el objetivo de garantizar una distribución más equitativa, tres décadas después del fin del apartheid, un sistema de segregación racial institucionalizado en Sudáfrica entre 1948 y 1994, que privilegió a la minoría blanca y oprimió a la mayoría negra.
La distorsión del proceso fue promovida por grupos como AfriForum, un lobby de la minoría afrikáner que denuncia una supuesta "persecución blanca" mientras defiende la herencia de un sistema de apropiación forzosa establecido por el apartheid.
El eco de Trump y MuskTrump ya había impulsado esta teoría en 2018, ordenando a su gobierno investigar las "confiscaciones" y los "asesinatos" de granjeros blancos. Ahora, con Musk como amplificador en redes, el relato tomó un carácter global. No es casualidad: Musk, nacido en Pretoria, se distanció de su país de origen pero insiste en criticar sus políticas de reparación histórica.
Impacto y consecuenciasMás allá del ruido mediático, las declaraciones de Trump y Musk impactan en la diplomacia y la economía sudafricana. Washington destina cerca de 440 millones de dólares anuales a Sudáfrica, principalmente para combatir el VIH/SIDA. Un recorte podría afectar programas de salud esenciales, pero también deteriorar la relación bilateral en un contexto donde Sudáfrica ya tensó la cuerda con EEUU por su acercamiento a China y Rusia.
Ramaphosa respondió con firmeza: "Sudáfrica no será intimidada".