El Bitcoin podría formar parte de las reservas de los bancos centrales
El Deutsche Bank proyecta que el 2026 será una simbólica frontera temporal en la que lo virtual y lo tangible se unirán para redefinir la confianza en el dinero
El bitcoin se integrará a las reservas oficiales de los bancos centrales en 2030, replicando el camino que recorrió el oro en los últimos dos siglos, según anticipó un informe del Deutsche Bank que puede marcar un antes y un después en la historia del dinero. En ese marco, el análisis de la entidad sostiene que la criptomoneda creada por Satoshi Nakamoto dejará atrás su imagen de activo especulativo para transformarse en una cobertura complementaria frente a la inflación, la incertidumbre geopolítica y la fragilidad fiscal.
La proyección del banco alemán se basa en un paralelismo histórico. El oro, actualmente considerado el refugio por excelencia, también atravesó décadas de escepticismo, volatilidad y rechazo oficial antes de consolidarse como piedra angular de las reservas internacionales.
La trayectoria del oroEl oro no siempre ocupó el lugar que tiene en la actualidad. Durante el siglo XIX y gran parte del XX fue el eje del sistema monetario mundial: las divisas se respaldaban con lingotes y su cotización determinaba la paridad del dólar y de la libra. Todo cambió en 1971, cuando Richard Nixon rompió el patrón y abrió la era del dinero fiduciario. A partir de entonces, muchos bancos centrales despreciaron el metal precioso. El precio del oro cayó un 61% entre 1980 y 2001, lo que llevó a numerosas autoridades a buscar un reemplazo en las divisas extranjeras. Sin embargo, la crisis financiera de 2008 marcó un giro radical. La búsqueda de seguridad impulsó nuevamente las compras de oro, que desde 2010 se convirtieron en tendencia sostenida. Hoy, los bancos centrales poseen más de 36.300 toneladas, equivalentes al 20% de la demanda global. Rusia y China, antagonistas de Estados Unidos, reforzaron sus reservas para reducir su dependencia del dólar, mientras la incertidumbre global consolidó el oro como valor seguro.
De las sospechas a la legitimidadDeutsche Bank plantea que la historia del oro anticipa el futuro del bitcoin. Nacido en 2009 como una alternativa descentralizada del sistema financiero tradicional, el criptoactivo atravesó años de dudas. Fue señalado por su uso en la dark web y hasta sufrió desde hackeos masivos, como el colapso de Mt. Gox en 2014, hasta relevantes escándalos, como la quiebra de FTX en 2022. Además, su volatilidad extrema reforzó la desconfianza tanto de los gobiernos como de los bancos centrales. No obstante, el panorama comenzó a transformarse. El ecosistema cripto sumó regulaciones internacionales, mercados más profundos y líquidos, empresas consolidadas y una red global resistente.
Para Deutsche Bank, su éxito radica en las propiedades intrínsecas de la criptomoneda. Al igual que el oro, el bitcoin es escaso. Su emisión está limitada a 21 millones de unidades, lo que lo convierte en un activo deflacionario. Por otra parte, su descentralización lo hace inmune ante los controles de gobiernos o de bancos y su liquidez digital facilita tanto el almacenamiento como la transferencia.
Estados criptoLa predicción de Deutsche Bank coincide con la tendencia de que cada vez más países incorporan bitcoin a sus economías, principalmente a través de la minería digital. Según el Bitcoin Policy Institute, al menos catorce naciones ya impulsaron programas en este segmento, con diez de ellos en plena operación.
Este mecanismo transforma excedentes energéticos en un activo digital portable y con potencial de apreciación. A diferencia de las compras directas realizadas en el mercado, la minería permite acumular reservas sin necesidad de gastar divisas, algo crucial en tiempos en que la demanda de los bonos del Tesoro estadounidense evidencia cierto declive. Bután es uno de los casos más llamativos: gracias a su abundante energía hidroeléctrica acumuló un volumen de bitcoins equivalente a casi el 40% de su PBI.
La minería no solo diversifica reservas, también puede convertirse en herramienta de política económica. Irán obliga desde 2020 a que los bitcoins generados por mineros legales se vendan directamente al Banco Central, en un esquema que busca contrarrestar sanciones internacionales y fortalecer su tenencia digital.
El Salvador, primer país en reconocer el bitcoin como moneda de curso legal, ya minó alrededor de 470 unidades para reforzar su reserva estratégica. Otros actores estatales, como el fondo soberano de Abu Dabi, financian proyectos de minería a gran escala. Incluso gobiernos locales, como la municipalidad de Panajachel en Guatemala, incursionaron en esta actividad. Sin embargo, la presencia estatal no se limita a la minería. Varios países acumularon reservas de manera pasiva a través de incautaciones judiciales. Bulgaria, China, Finlandia, India, Reino Unido y Venezuela, entre otros, retuvieron bitcoins confiscados a los ciudadanos, lo que los convierte en tenedores involuntarios de activos digitales con valor estratégico.
Otra vía emergente es la aceptación de impuestos sobre bitcoins. Aunque todavía se limita a jurisdicciones subnacionales, esta práctica abre un canal para integrar la criptomoneda en las finanzas públicas. Al recibir tributos directamente en bitcoins, los gobiernos evitan depender del mercado secundario y legitiman todavía más su uso.
El 2030, un punto de inflexiónLa entidad alemana prevé que los bancos centrales incluirán a bitcoin en sus reservas a lo largo del próximo lustro, aunque en convivencia con el oro y sin desplazar al dólar como divisa dominante. Su rol será el de cobertura complementaria, un activo que diversifica riesgos frente a conflictos globales, tensiones geopolíticas e inestabilidad monetaria. De cumplirse este pronóstico, el mapa financiero internacional cambiará de manera significativa. El ascenso del bitcoin consolidaría la convergencia entre activos tradicionales y digitales, impulsando un sistema más híbrido y resiliente.
"Como el oro, el bitcoin fue objeto de escepticismo, volatilidad y especulación. Y también como el oro terminará imponiéndose por sus atributos únicos", concluyó Deutsche Bank. El informe proyecta que el avance regulatorio, el contexto macroeconómico y el simple paso del tiempo permitirán que la criptomoneda se afiance como refugio financiero.
Si la predicción se cumple, el ingreso del bitcoin al círculo de reservas oficiales marcaría una validación histórica de las criptomonedas. También aceleraría la transformación del sistema financiero global, con implicancias en el comercio, la inversión y la soberanía monetaria.