El avance de China en el comercio internacional sigue marcando el ritmo de la economía global, pero sus efectos son cada vez más profundos en las economías emergentes. Sectores industriales que antes prosperaban en países como Indonesia, México e India se enfrentan a un escenario incierto ante la avalancha de productos chinos a precios imbatibles. La expansión asiática está redibujando el mapa fabricante mundial, generando desempleo y desplazando a industrias locales.

Un ejemplo concreto de esta transformación se observa en Surakarta, Indonesia, una ciudad que solía ser un pilar de la producción textil y que hoy ve sus fábricas cerradas y calles desiertas. En los últimos dos años, el sector textil y de confección de ese país perdió 250.000 puestos de trabajo , y se estima que otros 500.000 empleos podrían desaparecer en 2025 , según la Asociación de Productores de Fibra y Filamento de Indonesia.

 

Comercio

Para los expertos, esta situación es una nueva fase del "China Shock" , el fenómeno de reconfiguración económica causado por la expansión manufacturera china. "China tiene una capacidad de producción masiva y esos bienes deben encontrar mercado", explica Gordon Hanson , profesor de la Escuela Kennedy de Harvard. Este fenómeno ya afectó a la industria estadounidense entre 1999 y 2011, y ahora su impacto se siente en los países en desarrollo.

Desde 2020, el gobierno de Xi Jinping ha intensificado su apuesta por la manufactura como respuesta a la crisis inmobiliaria en su país. Esto llevó a China a registrar un superávit comercial récord de casi un billón de dólares en 2024, impulsando aún más su dominio en el comercio global.

 

Sectores

Las tensiones comerciales con Estados Unidos también han jugado un papel clave en esta situación. Donald Trump impuso aranceles a los productos chinos para intentar frenar la dependencia de importaciones. Como respuesta, las empresas chinas ampliaron su presencia en Brasil, Indonesia y Vietnam, donde su participación en las importaciones creció significativamente.

El "China Shock" no se limita a la industria textil. El acero, los vehículos eléctricos, el comercio electrónico y la tecnología son sectores donde la presión china está cambiando las reglas del juego. El problema no es solo un exceso de producción china , sino una caída en la demanda interna del país , lo que obliga a sus empresas a exportar a cualquier precio.