El Gobierno y el desafío de llevar la fiesta en los mercados a la economía real

Los bonos saltaron 20,4% en promedio durante la semana y el Merval se disparó un 51,4%, pero el Gobierno enfrenta dos trimestres de caída en el PBI y la inversión, con impacto en el empleo. Entre analistas destacan que comprar reservas y, con ello, mejorar la competitividad, serán claves para contagiar el cambio de clima a lo real

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El triunfo electoral del oficialismo logró cambiar por completo el clima financiero, que el viernes previo llegó a las urnas acuciado por las urgencias y el lunes posterior dio inicio a una semana récord para algunas de la variables claves, con los bonos trepando en promedio un 20,4% y el Merval dando un salto histórico del 51,4%. El Gobierno enfrenta el desafío de llevar ese cambio de clima a la economía real. El PBI volvió a caer en septiembre, según tres consultoras, y la inversión, aunque repuntó en el mes, anotó dos trimestres consecutivos a la baja, en paralelo a un consumo que no logra repuntar.

Despejada la urgencia que venía reflejando el escenario financiero, aunque no la necesidad de que el BCRA compre reservas, para lo cual será importante despejar las dudas sobre la apreciación cambiaria, el Gobierno deberá encontrar las herramientas para que el optimismo se vuelque a los números de la economía real. Tal como señaló la consultora Vectorial: “El resultado electoral y sus impactos positivos en los mercados allanan el camino para la estabilización de algunas variables macrofinancieras. Sin embargo, persiste el desafío de si será suficiente para encaminar la economía real”.

Según tres consultoras el PBI cayó en septiembre, para Analytica la baja fue del 0,3% mensual desestacionalizado, para Equilibra del 1% y para Orlando Ferreres y Asociados del 0,8%. Claro que tropezón no es caída, pero las tres consultoras coincidieron en escenario algo más amplio y problemático: una baja en septiembre significará que el segundo trimestre terminó en contracción y eso, sumado a la merma del segundo trimestre, del 0,1%, informada por el Indec, implicará que la economía está en recesión técnica.

Otro dato publicado la semana pasada mostró que ese escenario recesivo tiene su capítulo particular en una variable que el Gobierno suele señalar como la fundamental: la inversión. Si bien para Ferreres hubo una mejora del 4,9%, lo cierto es que ese dato positivo no alcanzó a compensar lo perdido en los dos meses previos, si se hace la comparación trimestral. De hecho, el tercer trimestre terminó un 1,6% desestacionalizado por debajo del segundo. Y ahí lo mismo: el segundo trimestre, para el Indec, había sido de una baja del 0,5% desestacionalizado. Va un semestre completo en el que la economía no logró dar noticias expansivas y eso se nota en el empleo.

En ese sentido, el director de PxQ, Emmanuel Álvarez Agis, dijo: “Estamos con la máxima tasa de apertura comercial, que muestra cuánto se importa de lo que consume tu economía, de la historia argentina y eso se alcanzó en el período más corto de tiempo. A Menem le tomó hasta 1997 llegar a su pico de tasa de apertura. Con Menem llegó a ser el veintipico por ciento. A Macri le tomó tres años llegar al 30% y a Milei le tomó tres trimestres llegar al 35% en el que estamos hoy”.

Y agregó: “Tiene un doble filo: es muy eficiente para bajar precios, pero también rompen mucho empleo. Desde que Milei asumió el empleo de calidad se generó en cinco provincias: Corrientes, Tucumán, Rio Negro, Mendoza y Neuquén. Entre las cinco no suman 7.000 empleos. Y, en el medio, Buenos Aires rompió 32.000 empleos, CABA 20.000 y Córdoba 9.000”.

Ahí aparece una clave, que es la posibilidad de que el BCRA acumule reservas y ayude con eso a frenar la apreciación del dólar, ganando poder de fuego para asegurar su propia estabilidad sin depender del salvataje de EE.UU. y competitividad. 

Desde Ecolatina afirmaron: “Se disipó el riesgo político, pero persiste el riesgo económico. A priori, la tarea para cualquier escenario electoral era la misma: mayores señales de gobernabilidad y un esquema cambiario-monetario que trace un norte claro de acumulación de reservas del BCRA y permita reducir el Riesgo País. En estos dos puntos avanzó el Gobierno en la semana, con Javier Milei reuniéndose con Gobernadores y con la presentación del vicepresidente del BCRA donde decía que, ante una demanda de pesos reducida, estima que el Central podría recomprar Reservas sin necesidad de esterilizar los pesos inyectados (algo que también sostuvo Milei en una entrevista)”.

Coincidió LCG: “Lo importante ahora es que el nuevo régimen instaurado parece perseguir como objetivo la acumulación de reservas, que en líneas generales es un eufemismo de un objetivo de tipo de cambio competitivo. Y que oficialmente se instaure este nuevo régimen son muy buenas noticias porque, potencialmente, y en línea a lo sugerido por el FMI, a la robustez que brinda el equilibrio fiscal se sumará la que brinda un equilibrio en las cuentas externas”.

Por ahora, se trata de un proyecto que iniciaría recién en 2026. Álvarez Agis, comentó, lo prevé ocurriendo desde el segundo trimestre, cuando la estacionalidad permita un mayor ingreso de divisas al mercado.

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