Mientras el presidente del Grupo Techint, Paolo Rocca, analizó hoy que "la guerra fría" entre los Estados Unidos y China abre "una oportunidad histórica" para industrializar América Latina, el CEO de Ternium, Máximo Vedoya, admitió que en la Argentina y Brasil proyectan una recuperación en forma de "V", un fenómeno "mejor de lo previsto".

"Hay una oportunidad histórica; China se está enfrentando con Estados Unidos" y aludió a una "guerra fría" que podría continuar en los próximos años.

Por su lado, Vedoya -a su vez presidente de Alacero- afirmó que "volveremos a la senda de crecimiento en la industria del acero", con "una recuperación en forma de V". "Brasil y la Argentina se recuperan" y "estamos en un momento mejor de lo previsto", reconoció el directivo, "mano derecha" de Rocca.

"A pesar de tener un déficit estructural y cualitativo, y una falta de exportación de producción industrial, América Latina tiene una oportunidad histórica en un contexto en el cual China, potencia emergente, está enfrentando a Estados Unidos, potencia todavía dominante", amplió el presidente y CEO del Grupo Techint.

Vedoya se consideró "moderadamente optimista" y relató que "los stocks de existencias disminuyen". "La demanda está creciendo", completó.

Pandemia, con cambios

"Soy optimista con el mediano y largo plazo. La pandemia aceleró la agenda ambiental y los cambios tecnológicos", apuntó el presidente de Alacero y CEO de Ternium.

Aventuró que "las cadenas de valor serán regionales" y mostró su satisfacción por avanzar "hacia un mundo más descarbonizado".

"América Latina es muy competitiva y somos unas de las industrias más limpias", añadió.

"Esta competencia, conflicto o guerra fría marca nuestra oportunidad", subrayó Rocca, quien sostuvo que "por eso es preciso discutir un tema central para América Latina, como lo es la industrialización".

Al respecto, el empresario destacó que "la definición de cadenas de valor y espacios que ofrece América latina convoca a una oportunidad importante", y sostuvo que "no hay salto ni crecimiento de un país que pueda evitar un desarrollo industrial".

"La prueba más evidente del atraso es el consumo de acero per cápita de 100 kilos por habitante en la región, cuando en los países con desarrollo industrial es de 250 kilos", precisó Rocca, quien aclaró que "esto, sin comparar con China que está en 700 kilos por habitante".

Si bien señaló que el consumo de acero en la región "es un signo de déficit", afirmó que "también es una señal del potencial que hay por construir". Vedoya destacó el consumo de bienes durables en los países de la región como factor que indudablemente tracciona a la poderosa industria siderúrgica.