Fundado en 1954

El bodegón El Obrero de La Boca atraviesa su momento más difícil

Estuvo cerrado ocho meses, los tres hijos del fundador se endeudaron y ante la falta de público, no abren a la noche. Tuvieron que sacar las camisetas de fútbol para poder reabrir. 

gmoreno

Desde hace 66 años, un bodegón de La Boca, seduce a porteños y extranjeros. Sus paredes repletas de camisetas de fútbol, banderines, fotos de famosos y pizarras con los platos recomendados eran un clásico.  La pandemia lo cambió todo. Después de haber estado casi 8 meses cerrado, pudo sobrevivir, se renovó y abrió sus puertas. El Obrero atraviesa un momento difícil, pero sus dueños no quieren bajar los brazos.

Nació como una fonda que daba de comer a estibadores y obreros del puerto. Fue Fundado por Marcelino Castro en 1954, quién vivía arriba. Ahí mismo conoció a Lidia que era modista y vivía en la casa de atrás. Se enamoraron y tuvieron tres hijos, Silvia, Pablo y Juan Carlos que son los responsables de mantener el espíritu vivo. Visitado por Bono, Francis Ford Coppola, Robert Duvall, entre otros, sólo le faltó ir a Diego Maradona, cuentan sus propietarios.

Silvia Castro, una de las dueñas de El Obrero contó a BAE Negocios:”Tenerlo tantos meses cerrado fue muy duro anímicamente. Nosotros nacimos acá, no hicimos otra cosa en la vida que estar acá. Esto es nuestra vida, nuestra vocación, por eso estamos todos los días del año. Económicamente fue muy difícil, es peor volver a empezar que instalar algo nuevo. Arrancamos con muchas deudas, poco trabajo porque no hay turismo. Antes teníamos dos turnos y eramos 13, ahora abrimos sólo al mediodía y somos la mitad”.

Hubo momentos muy duros. “No hicimos delivery ni take away porque la zona no es de delivery. Tampoco pudimos abrir en la vereda, no da. Ahora abrimos pero podemos ocupar el 25%, de 20 mesas que tengo sólo ocupo cinco. No me dan los números para levantar la persiana, más el costo de los empleados y la mercadería que hay que comprar todos los días. Antes podían entrar 90 personas, ahora ya no. No puedo cubrir los sueldos de más personal”.

El Obrero, bodegón porteño

La dueña de El Obrero extraña que suene el teléfono pidiendo reservas de noche. “Encima yo pago seguridad privada porque quiero que la gente venga a comer tranquila y todos son gastos. La gente está asustada con la situación, aumentó la inseguridad, la Usina no está habilitada, ni el Museo del Cine, por eso no abrimos de noche. Decidimos abrir sólo al mediodía y esperar a que se reactive todo”.

Los hermanos  Castro están muy preocupados, son muchos años, mucha historia y hoy cuesta seguir adelante y afrontar las deudas. “No pensamos en cerrarlo porque es todo para nosotros, pero estamos muy desanimados, es nuestro peor momento.  Es el momento más difícil que paso El Obrero. Mi papá pasó muchas crisis, algunas recientes como en el gobierno de Fernando De la Rúa, el corralito,  acá no había tarjeta y la gente no tenía efectivo. Ahora podemos atender poca gente, estamos haciendo una prueba, tenemos que pasar el verano y esperar hasta marzo y abril, veremos”.

Considerado como un Bar Notable,  recibió ayuda a través de los ATP del Gobierno nacional para el pago de sueldos (aunque en dos meses no los recibió y se endeudó), y el Gobierno porteños le perdonó dos meses de ABL. Tuvieron que pedir un préstamo personal de $700.000 para hacer reformas  y reabrir, no pudieron acceder a los de tasa 0 o bajas. “Necesitaríamos que nos ayuden con los impuestos, y con algo que se pueda para pagarles a los empleados. Hubo que hacer muchas reparaciones y mantenimiento en la cocina, freídora y heladera.

Para que lo habiliten tuvo que hacer unos cambios, ya no cuelgan las camisetas colgadas desde el techo. Las paredes ya no están abarrotadas de recuerdos, quedaron, pero más prolijos. Las pizarras mantienen las recomendaciones a tiza.

El bodegón El Obrero de La Boca tuvo que sacar las camisetas de fútbol 
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