El espejismo de Neom: manipulaciones financieras y proyecciones irreales en el megaproyecto saudita
Sobrecostos, retrasos y una auditoría comprometedora. Mientras las cifras se disparan, la visión del príncipe hereda costos y dudas. La "revolución civilizatoria" enfrenta un desafío monumental
Luces deslumbrantes, yates de lujo y figuras como Will Smith y Tom Brady fueron los protagonistas de la inauguración de Sindalah, la primera fase de Neom, en octubre pasado. Sobre una isla en el Mar Rojo, los asistentes disfrutaron de un evento fastuoso donde Alicia Keys amenizó la velada. Sin embargo, detrás del espectáculo, la realidad del proyecto dista de ser tan reluciente como sus promesas.
Con más de tres años de retraso y un presupuesto que triplicó las previsiones iniciales hasta alcanzar casi USD 4.000 millones, Sindalah aún no está terminado. Hoteles inconclusos, problemas logísticos y retrasos operativos marcaron el inicio del proyecto que debía inaugurar la "nueva Arabia Saudita". La ausencia inesperada del príncipe heredero Mohammed bin Salman, principal impulsor de Neom, no pasó desapercibida para los ejecutivos, que interpretaron su falta como un signo de desaprobación.
El descontento en la cúpula de Neom se tradujo en cambios en la dirección. Semanas después del evento, el director ejecutivo que estuvo al frente durante seis años fue reemplazado, dando paso a una nueva administración encargada de enderezar el rumbo de la ambiciosa ciudad futurista.
Neom fue diseñado como la piedra angular del plan Vision 2030 para diversificar la economía saudita. Con una inversión superior a USD 50.000 millones, el megaproyecto incluye la futurista ciudad Line, un rascacielos de 170 km de largo presentada como la estructura humana más grande de la historia; Trojena, una estación de esquí en pleno desierto; y Oxagon, un distrito flotante de negocios. Pero la realidad chocó de frente con estas aspiraciones: los costos se dispararon y los retrasos se multiplicaron, lo que obligó a reducir las ambiciones de la primera fase.
Un informe interno de más de 100 páginas, revisado por The Wall Street Journal, reveló que ejecutivos de Neom, con el apoyo de la consultora McKinsey & Co., introdujeron proyecciones financieras optimistas para justificar los crecientes costos. La auditoría detectó "evidencia de manipulación deliberada" en las finanzas por parte de "ciertos miembros de la administración".
En 2023, una presentación interna estimó que el gasto total para completar Neom en 2080 alcanzaría los USD 8,8 billones, 25 veces el presupuesto anual de Arabia Saudita. La primera fase, proyectada para 2035, requeriría al menos USD 370.000 millones. Aunque el gobierno saudita financia la mayor parte, las autoridades esperan atraer inversores privados.
La respuesta de Neom a las revelaciones fue tajante. Una portavoz del proyecto aseguró que "se han interpretado incorrectamente las cifras" y que el plan sigue en marcha con "ajustes normales para grandes proyectos". McKinsey negó cualquier implicación en la manipulación financiera, afirmando que la firma cumple con "las normas internacionales de comercio".
Las críticas al proyecto incluyen prácticas de estimación de costos cuestionables. En Trojena, la estación de esquí del desierto, los costos aumentaron en USD 10.000 millones, lo que redujo su rentabilidad estimada. Para compensarlo, los ejecutivos incrementaron los precios proyectados de las estadías: una noche en un campamento de lujo pasó de USD 216 a USD 704 y una habitación de hotel de USD 489 a USD 1.866. Estos reajustes elevaron la rentabilidad esperada hasta un 9,3 %, alcanzando el umbral exigido por los inversores.
El informe también revela que Antoni Vives, exresponsable de la visión de Neom y luego director de Sindalah, pidió no mencionar los costos en reuniones clave. Un gerente de Sindalah fue despedido tras cuestionar estimaciones financieras. McKinsey, que ha cobrado hasta USD 130 millones en un solo año por su asesoramiento, validó los informes financieros de Sindalah tras la negativa de otro consultor independiente. La auditoría recomendó investigar posibles conflictos de interés.
A pesar de las advertencias de los propios ingenieros sobre la inviabilidad de ciertos diseños, el príncipe bin Salman mantuvo su visión intacta. En una reunión de la junta en 2023, rechazó reducir la altura de los edificios de Line y ordenó buscar ahorros en otros ámbitos. Las soluciones propuestas incluyeron el uso de "nuevas tecnologías para reducir la mano de obra".
Los cambios afectaron el cronograma. Un túnel de 30 km para el tren de Neom fue pospuesto, y la construcción inicial de Line se redujo de 16 a solo 2,4 km, con una meta de apertura en 2034. El resort Sindalah, pese a su inauguración de alto perfil, sigue en obras. Cuatro meses después del evento, el campo de golf y los hoteles continúan cerrados, y los empleados de los restaurantes pasan el tiempo leyendo ante la falta de clientes.