En un mundo donde los relojes no son solo para medir el tiempo, Mark Zuckerberg decidió llevar la conversación a otro nivel. Durante su última aparición pública, el CEO de Meta capturó miradas al lucir un Greubel Forsey Hand Made 1, un reloj valuado en 895.500 dólares antes de impuestos, que no solo destaca por su precio, sino por su rareza.

Esta joya de la relojería suiza, considerada "arte portátil", se fabrica a razón de dos o tres unidades al año debido a su complejidad: 6.000 horas de trabajo artesanal, 281 piezas ensambladas a mano y un tourbillon que mejora su precisión. Según un portavoz de la firma, en 2025 es probable que solo se produzca un ejemplar de este modelo.

Michel Nydegger, CEO de Greubel Forsey, celebró la elección del multimillonario: "Es un placer ver a alguien que ha moldeado el panorama digital moderno apreciar la más tradicional de las artes relojeras". Rustin Yasavolian, experto en bienes de lujo, fue aún más contundente: "El Hand Made 1 es la máxima expresión de la horología".

El reloj, que supera en costo a los modelos más exclusivos de Rolex y Richard Mille, no es solo un símbolo de estatus, sino también una inversión. "Cuanto más limitada sea la producción, mayor será su valor", explicó Yasavolian, comparándolo con una pintura de da Vinci.

Para Zuckerberg, cuya fortuna personal asciende a 218.000 millones de dólares según Bloomberg, el reloj es apenas un capricho. Sin embargo, su elección resalta un detalle clave: la élite tecnológica también está apostando por objetos que fusionan tradición y exclusividad.

Reginald Ferguson, consultor de moda, calificó al Hand Made 1 como "la máxima carta de presentación en el mundo del lujo". Según él, el reloj refleja no solo poder económico, sino también un interés por trascender en el mundo de las marcas de alta gama.

El Hand Made 1 no solo mide el tiempo, sino también el lugar que ocupa quien la porta.