Los ciudadanos del barrio de Mereyside comenzaron el día domingo con una pésima noticia. La explosión de un taxi, frente al Hospital de Mujeres de Liverpool, acaparó la atención de las autoridades, que creyeron que se trataba de un posible atentado.

Horas más tarde, la policía antiterrorista del Reino Unido informó el arresto de tres hombres (de 29, 26 y 21 años), en el área de Kensington de la ciudad y bajo la Ley de Terrorismo. Este lunes, confirmaron que detuvieron a otro sospechoso de 20 años.

Uno de los detenidos, fue arrestado en la calle adyacente al pub Sir Walter Raleigh en Kensington, Liverpool, alrededor de las tres de la tarde. Kerri Shaw, gerente del pub, admitió que estaba "destrozada por los nervios" durante el tenso encierro, que duró aproximadamente dos horas. "Un oficial de policía se acercó a la puerta y nos dijo que 'retrocedamos, no nos acerquemos a las ventanas y mantengamos las puertas y la caja fuerte cerradas", dijo Shaw.

"Estaba mirando por la ventana hacia la calle Boaler y vimos que lo arrestaban. Lo tenían contra la pared, y yo solo le estaba gritando, lo llamé 'escoria'", continúó con su relato para el periódico Liverpool Echo.

Lo complejo de todo este asunto fue la muerte del pasajero que viajaba en el vehículo. Quien resultó herido fue el conductor, que se transformó en el héroe de la jornada sin tener idea que podía estar tramando su viajero.

El hecho ocurrió alrededor de las 11 de la mañana y, al momento de la explosión, se estaba llevando a cabo la conmemoración anual a nivel nacional de los muertos en guerra. La misma se realizó en la Catedral de Liverpool y cerca de 2000 personas asistieron a la celebración, según Liverpool Echo.

La policía confirmó que el pasajero le había pedido al taxista que lo llevara a la Clínica de Mujeres. A unos cientos de metros, se estaba realizando el servicio conmemorativo en la catedral de la ciudad inglesa.

"No podemos establecer una conexión con él en este momento, pero hay una pista que estamos investigando", aseguró Russ Jackson de la policía antiterrorista. Medios ingleses señalaron que el pasajero tenía intenciones de ir al servicio conmemorativo anual en la Catedral Anglicana, ubicada en el noroeste de la ciudad. Sin embargo, por cortes de ruta, sus intenciones quedaron en la nada misma.

El taxista consideró que su pasajero resultaba ser alguien de caracter sospechoso. Entonces, decidió encerrarlo frente a la Clínica de Mujeres. Poco después de su acto de heroísmo, el vehículo explotó en gran medida y las llamas se extendieron rápidamente, envolviendo el taxi en una bola de fuego.

Inmediatamente, la policía llegó al lugar y cerró todo el perímetro. Pacientes de la clínica tuvieron que trasladarse a otros establecimientos médicos.

Joanne Anderson, la alcaldesa de Liverpool, prestó declaraciones para la radio de la BBC y se mostró agradecido con el acto heróico del taxista. "Con su comportamiento heroico, el taxista ha logrado evitar un posible desastre en el hospital que podría haber sido absolutamente horrible", afirmó.

Quien también habló sobre lo sucedido fue el primer ministro Boris Jonhson. "Parece que el taxista en cuestión actuó con una increíble presencia de ánimo y valentía", aseguró.