El juicio contra Harvey Weinstein en momento crucial: podría quedar libre
Se crean dudas alrededor de varios testimonios que podrían cambiar el rumbo del proceso
Hace un año, el mundo asistió a la tremenda, estrepitosa caída del magnate de Hollywood Harvey Weinstein, acusado de varios (muchos) cargos de abuso sexual y violación. Ahora, antes de la audiencia central en el proceso que se le sigue, con The Weinstein Co. destazada y vendida, y con el movimiento #MeToo instalado -aunque cuestionado por algunas indiscreciones de Asia Argento, acusadora a su vez de Weinstein- es posible que el hombre quede libre. El próximo 20 de diciembre será la fecha nuclear en este asunto, pero la defensa ya se ha ganado varios puntos desacreditando testigos e incluso acusando a fiscales de cometer faltas éticas graves. Algunos analistas creen que todo quedará en la nada.
Weinstein enfrenta sentencias que podrían ponerlo tras las rejas de por vida. Pero hay problemas para probarlo: justamente la mayor contrariedad en los casos de violación y abuso. Su abogado es Ben Brafman, un maestro en crear dudas sobre los testigos, algo que logró con creces cuando tuvo que defender a Dominique Strauss-Kahn. Tres ejemplos bastan. En primer lugar, logró que se desechara el testimonio de Lucia Evans, que acusó a Weinstein de obligarla a practicarle sexo oral en 2004. El testimonio era creíble, pero Brafman demostró que la policía no presentó a la defensa materiales que podrían haber puesto en cuestión tales dichos, y también que la fiscal a cargo, Joan Illuzzi-Oborn, lo permitió. Por lo tanto, el testimonio dejó de formar parte del proceso.
En el caso del testimonio de Miriam "Mimi" Haleyi, quien dice haber sido forzada sexualmente por Weinstein en 2006, Brafman presentó mails donde la víctima firma con "Te extraño", "Te amo", y "besos". El problema de esos mails es que son posteriores a la fecha del abuso. No implica que no haya ocurrido, pero permite a Brafman poner en tela de juicio la credibilidad de la testigo.
Y peor: Brafman tendría más mails de casi todas las acusadoras que muestran la existencia de relaciones consensuadas tanto antes como después del supuesto asalto sexual. Otra vez: es importante aclarar que esto no implica que no haya existido algún asalto, que Weinstein no haya ejercido violencia o aprovechado su poder para poder tener relaciones con estas mujeres. Pero resultan un problema para el juez. Hay alternativas: que se permitan o no como pruebas en el juicio (básicamente es el núcleo de la defensa); que el juez suspenda y pida más testimonios, o que simplemente las cosas sigan su curso. En la última alternativa, la condena de Weinstein sería un hecho. Pero el caso dista mucho de ser tan claro como parecía cuando estalló y llevó a la disolución a una de las productoras más fuertes de Hollywood, la que vivía nominada al Oscar año tras año, cuyo dueño era saludado por todos, Oprah Winfrey incluida (Weinsten le produjo dos filmes, de paso). En el plano internacional, será importante ver qué sucede aquí ante el peso que hoy tiene el movimiento femenino en todo el mundo.