Especial para BAE Negocios

Desde Berlín 

El juicio, documental de Ulises de la Orden que se acerca al material de archivo muy poco visto sobre las audiencias del juicio a las juntas militares en nuestro país tuvo su premier en la prestigiosa sección Forum. Todavía conmocionados por la experiencia hablamos con el director, Ulises de la Orden.

"La génesis de la idea tiene que ver con esto de que ese material estaba de alguna manera inédito y con mi sensación de que el Juicio a las juntas militares estaba soslayado u olvidado. Eran pocos los relatos sobre el juicio. Esto comienza a atraerme hacia 2013. Comenzó un periodo de lectura y estudio que duró unos dos años", señala.

"Esa investigación hizo crecer un deseo ya imparable de trabajar con esas 530 hs de archivo audiovisual. No fue fácil conseguirlo, hasta que entré en contacto con Memoria Abierta, que se convirtió en Productora Asociada al proyecto y que nos facilitó el acceso al material y todas las autorizaciones pertinentes. Elaboramos un guión y un proyecto cinematográfico, lo presentamos al INCAA y a otras entidades nacionales e internacionales y de a poco fuimos armando el financiamiento para poder comenzar a trabajar. Recién en el invierno de 2019 logramos darle inicio a la visualización de las 530 horas. Terminamos el proceso de visualización, planillado y catalogado una semana antes de que se declarara la cuarentena", cuenta sobre el inicio.

El montaje comenzó a la distancia en el otoño del 2020. El corte final, de casi 3 horas se obtuvo luego de una tarea gigantesca de montaje y más de dos años de trabajo. La película tiene “Premiere Mundial” en Berlín. Y en marzo comienzan los pre-estrenos en Argentina y en abril el estreno. 

-¿Cuán difícil fue encontrar este material y obtener los permisos pertinentes?

-No fue nada fácil dar con el material y obtener los permisos. Tanto en Canal 7 como en el Archivo General de la Nación (corría el año 2015) me negaron todo tipo de colaboración. Textualmente me dijeron que no podían colaborar en un proyecto así porque era muy delicado el material y no podían estar seguros de que es lo que yo iba a hacer y me sugirieron que buscara el material en la Universidad de Salamanca, España. Fue fundamental el rol de Memoria Abierta, como Productora Asociada. Ellos hicieron una digitalización completa y gestionan el acceso y las autorizaciones para uso del material, que pertenece a la Cámara Federal.

-¿Por qué no se había podido ver antes imagen y sonido juntos? 

-Hasta donde yo sé, fue una decisión de los jueces, que durante el juicio no se emitieran más que tres minutos, sin sonido, cada día. Entiendo que esto se trató para no dar argumentos a la defensa sobre posible prejuzgamiento. Recordemos que fue uno de los primeros juicios orales en la Argentina ( si no el primero) y el primero que se filmaba. Además de lo relevante y delicado de lo que allí se trataba. Hubo algunos trabajos previos sobre el material, como la edición de unas 12 horas hechas en la década del 80 por el equipo de Carlos Somigliana, pero todavía estaba pendiente la elaboración de un relato cinematográfico a partir de este archivo de 530 horas, que es el material que usamos nosotros para hacer “El juicio”, exclusivamente. 

-¿Cuál fue el criterio de selección y recorte? ¿Cómo decidiste los "capítulos"? 

- Partimos de un guión previo (previo a la visualización) que ya luego de atravesar esas 530 hs quedó obsoleto. Visualizar y atravesar ese archivo fue una profundización de la investigación hasta el punto cero. Hasta la esencia más pura. En ese archivo están, de primera mano, totalmente registradas, las palabras y los testimonios directos de sobrevivientes, familiares, figuras públicas nacionales e internacionales y la voz de los represores y sus defensores. Todo esto dicho en sede judicial, por primera vez en la Historia de nuestro país y por primera vez en la Historia de la Humanidad hecho de esta forma.

Los capítulos fueron una idea que surgió durante el montaje. Fueron modificándose, cambiando de orden y nombre, hasta su versión final. Para la selección y el recorte creo que hubo dos partes fundamentales: Alberto, que tiene una enorme experiencia y criterio, con un método de trabajo muy concreto y yo por mi parte, que funcionó más a partir del caos y la intuición. El material de por si era caótico y sin método hubiera sido imposible abordarlo. Luego fue trabajo, trabajo y trabajo.

-Con la edición construís. ¿Respetaste en la película el orden del juicio?

-Una de las premisas con las que trabajamos fue en no atarnos a la cronología del juicio, si no a la necesidad de una estructura dramática, que tiene una lógica distinta. Esa forma de contar la historia, sin alterar el espíritu del juicio, impuso una temporalidad propia del relato. Puntualmente los alegatos, que particularmente en este juicio son muy interesantes, los usamos a lo largo de toda la película.

-Tras el fenómeno de Argentina 1985, y en un año en que los festejos por los 40 años ininterrumpidos de democracia han de marcar la agenda, ¿qué pensás que implica o importa acercarse a El juicio?

-Creo que tenemos que celebrar estos 40 años de democracia. Y ojalá El juicio pueda aportar al conocimiento del Juicio a las juntas militares, que a mi criterio significa un parteaguas en nuestra Historia. Hay un antes y un después. En todo este periodo de hacer la película fue muy interesante para mi escuchar a juristas, a los fiscales y jueces del Juicio a las juntas, relatar cómo la Justicia tiene ese poder de cambiar la Historia de los pueblos. Estoy convencido de que es así. Nunca es fácil, ni rápido, ni perfecto. Y sobre todo, necesita la sociedad acompañando. Pero este es un ejemplo muy concreto. Todo el proceso de justicia argentino, sobre los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura es un ejemplo. Creo que Argentina 1985 trajo este tema (la justicia post dictadura) a la agenda y “El juicio” trae un relato elaborado con las imágenes y sonidos reales de lo que en aquel salón sucedió.