El nieto del fundador de Freddo ingresa al negocio de los helados saludables

Tomás Guarracino acaba de lanzar Benlive, un producto proteico y sin azúcar. El proyecto se lleva adelante en la planta familiar y requirió una inversión inicial de 10.000 dólares. El emprendedor calcula una producción de 15.000 kilos para el primer año

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Desde hace medio siglo, el apellido Guarracino es sinónimo de helados en Argentina.

A finales de los '60, junto a la familia Aversa, Don Salvador creó la primera heladería premium del país, Freddo, que en la década del '90 fue vendida al fondo de inversión de moda por aquellos días: The Exxel Group.

Sin embargo, la familia siguió ligada a la industria heladera. El hijo de Salvador -quien hoy tiene 91 años-, Juan Martín, creó en 2001 otra reconocida cadena: Persicco.

Por estos días, Tomás -nieto de Salvador e hijo de Juan Martín- está dispuesto a escribir el tercer capítulo de su familia en el negocio de los helados. "Acabo de lanzar Benlive, una marca de helados que apuntará al segmento saludable y que incluirá líneas proteica y keto, especial para la dieta cetogénica, alta en grasas y baja en carbohidratos. También, en algún momento, habrá productos para veganos y diabéticos", explica el emprendedor, quien agrega que la inversión inicial para este proyecto, que se desarrolla en la fábrica de la familia, alcanzó los 10.000 dólares.

La empresa proyecta una producción de 15.000 kilos para el primer año. Los helados, que se venderán en forma online y algunos puntos de venta como gimnasios, se presentan en potes de 250 gramos (con un precio de $650) y de 120 gramos ($450). "Los precios son un poco más altos que la media pero tiene que ver con que el producto lleva materias primas muy específicas. De todas formas, buscamos ser competitivos", aclara.

Si bien el helado apuntará al público en general, dirigen sus cañones a un target que las resulta muy interesante por la necesidad de consumir proteínas: los deportistas de alto rendimiento.

En una segunda etapa también buscará ingresar a los supermercados, sumar nuevos gustos e, incluso, llegar a otros países.

El empresario también es modelo publicitario. Esa profesión le permitió recorrer el mundo y allí detectó la gran variedad de helados saludables que había, algo poco explotado en Argentina. "En Estados Unidos, Europa o Asia se pueden encontrar infinidad de variantes para aquellos que quieren tener una alimentación saludable. Por eso creí que era hora de desarrollar lo mismo en mí país", agrega.

Producción

Con respecto a la elaboración del producto, resalta la importancia de su equipo de nutricionistas e ingenieros alimenticios aunque aclara que el proceso demanda algunas dificultades. "Al no tener azúcar es más difícil de manipular que un helado tradicional. Por eso hay que tomar otras precauciones para la fabricación. Estamos aprendiendo en el camino", explica.

Guarracino asegura que a nivel textura Benlive es casi igual que un helado normal. "Al igual que en las buenas heladerías artesanales de la vieja escuela, no usamos colorantes ni nada nocivo para la salud. El sabor cambia un poco por no tener azúcar. Es bajo en carbohidratos y calorías".

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