El petróleo entra en mercado alcista y pone presión sobre la economía global
Los precios suben más del 30% por el conflicto entre Israel e Irán. Analistas advierten sobre riesgos en el estrecho de Ormuz y fuerte volatilidad
El precio del petróleo Brent superó esta semana el umbral técnico que define un mercado alcista, al acumular una suba del 30% desde los mínimos anuales. Impulsado por la escalada bélica entre Israel e Irán, el crudo vuelve a ubicarse por encima de los 76 dólares por barril, su nivel más alto desde 2023. La última vez que el Brent había ingresado en una fase alcista fue a comienzos del año pasado, pero ahora lo hace en un contexto de alta tensión geopolítica y con fuertes implicancias económicas.
Los analistas definen como "mercado alcista" a una suba sostenida superior al 20% desde el piso previo. Según datos de Bloomberg, se han registrado 28 episodios de este tipo desde 1989, con una suba promedio del 93% y una duración media de 10,3 meses. El repunte actual ocurre pese a que los fundamentos del mercado continúan mostrando sobreoferta, lo que sugiere que el temor a una guerra regional domina hoy el sentimiento inversor.
“Tras las declaraciones de Israel sobre su intención de mantener los ataques durante varios días, parece poco probable que el conflicto se resuelva mediante el diálogo”, señaló Hans-Jörg Naumer, director de mercados de capitales de Allianz GI. “Un cierre prolongado del estrecho de Ormuz supondría un grave riesgo para los mercados. Un tercio del crudo que se transporta por vía marítima pasa por allí. Un bloqueo podría disparar los precios del petróleo y afectar de forma muy negativa al mercado de renta variable”, advirtió.
Volatilidad
Aunque no se han registrado daños en la infraestructura petrolera iraní, el ataque a objetivos estratégicos generó una reacción inmediata en los mercados. Según Noah Barrett, analista de investigación de Energía y Servicios Públicos en Janus Henderson, “el ataque de Israel a instalaciones clave en Irán ejerció presión al alza sobre los precios y las acciones del sector energético, mientras arrastró a la baja a los índices bursátiles generales por los riesgos geopolíticos”.
La volatilidad del crudo se intensificó de forma notable: la última semana fue la más volátil en tres años. Tanto el Brent como el WTI llegaron a dispararse hasta un 13% en la apertura de los mercados tras los ataques, y se mantienen cómodamente por encima de los 70 dólares. Para Barrett, “si bien el repunte fue significativo, esperamos que se diluya a menos que haya evidencia tangible de interrupciones en la oferta”.
En esa línea, advierte que “los puntos clave a monitorear son: 1) cualquier señal de interrupción en la producción de petróleo, y 2) cualquier interrupción en el flujo de petróleo o gas. Si ninguno de estos escenarios se concreta, el precio podría retroceder en el corto plazo”.
Riesgos
Sin embargo, el riesgo de una escalada sigue latente. Irán advirtió que podría cerrar el estrecho de Ormuz, por donde circula el 25% del petróleo y el 20% del gas natural licuado del mundo. De concretarse esa amenaza, el impacto sobre la oferta global sería inmediato y explosivo para los precios.
Mientras tanto, la OPEP+ comenzó a relajar sus restricciones y algunos miembros ya aumentaron la producción en abril. La Agencia Internacional de Energía pronostica un mercado bien abastecido para la segunda mitad del año, lo que refuerza la idea de que el actual rally se apoya más en factores de riesgo que en fundamentos estructurales.
A nivel sectorial, las acciones energéticas subieron con fuerza. “Las compañías con operaciones en América del Norte podrían beneficiarse si se acelera la producción de ciclo corto en respuesta a precios más altos”, indicó Barrett. Las empresas con menor exposición a Medio Oriente, además, ganan atractivo en medio de un escenario global cada vez más incierto.