Golpe al bolsillo

El precio de los alimentos y un informe que preocupa: ¿cuánto aumentó en enero?

En su medición de la última semana, la consultora LCG registró una desaceleración pero cerró el mes en el mismo nivel de diciembre, el peor mes de 2020. El Gobierno apunta a acuerdos sectoriales y a las metas fiscales y monetarias para contener la inflación

BAE Negocios

La aceleración de la inflación y, particularmente, la escalada del precio de la comida es una de las grandes preocupaciones del momento por su impacto en el poder adquisitivo de los sectores de menores ingresos. En medio de anuncios y negociaciones del Gobierno para contener la suba, un informe privado alertó que enero repitió el mismo ritmo de incremento que diciembre en los Alimentos y Bebidas: 4,7%.

Se trata del índice de inflación de Alimentos y Bebidas que elabora de forma semanal la consultora LCG. En la cuarta semana de enero, la firma midió una desaceleración hasta el 1,2% respecto de la anterior, en la que había pegado un fuerte salto de 1,9%.

Con todo, el mes cerró con una variación promedio del 4,7%, el mismo nivel registrado en diciembre, el peor mes de 2020. Punta a punta, es decir, la última semana de enero contra la última del año pasado, el salto fue aún mayor: 5,5%.

"Estos niveles de precios dejan un arrastre para febrero del 2,1%", advirtió el reporte publicado este mediodía.

En la última semana de enero el 19% de los productos relevados por LCG registró un alza en su precio. Se trata del porcentaje más alto de los últimos tres meses. En las dos primeras semanas de octubre, en el momento más álgido de la corrida cambiaria, la difusión de los aumentos dentro de la canasta medida abarcó al 39 y al 36% de los bienes.

¿Qué alimentos subieron más en enero?

En pleno aumento del precio de los commodities, que impacta sobre sus costos, la gran protagonista de la escalada inflacionaria fue la carne. En sus distintas variedades, subió en promedio 9,1% en enero. Justamente por eso el Gobierno negoció una ampliación del acuerdo de venta a "precios populares" a ocho cortes vacunos (que tuvieron rebajas de hasta 30%), que se conseguirán tres veces por semana en el supermercados y en el Mercado Central. Un esquema que incluso algunas voces del oficialismo consideraron insuficiente.

Algo por debajo se ubicaron las frutas, que treparon 8%. Estas dos fueron las únicas categorías que se ubicaron por encima del 4,7% registrado para todos los Alimentos y Bebidas.

Las siguieron las comidas listas para llevar (4,2%), lácteos y huevos (2,8%), bebidas e infusiones (2,2%), condimentos (2,1%) y panificados, cereales y pastas (2,1%).

Los alimentos no es el único rubro esencial que registra fuertes aumentos. Un informe de Consumidores Libres publicado este jueves señaló que los útiles escolares se dispararon 50,76% interanual y la indumentaria escolar saltó 51,24%.

 

La estrategia del Gobierno para bajar la inflación

Tras el acuerdo de cortes de carne, el Ejecutivo va por un acuerdo respecto de algunos insumos claves que son impulsados al alza por el auge del precio de los commodities. Es el caso del maíz -utilizado para alimentar el ganado-, el trigo -que impacta sobre panificados y pastas- y el girasol -con el que se hace el aceite más consumido en el país-. Así lo confirmó días atrás la secretaria de Comercio Interior, Paula Español.

Para eso debe negociar con las tres cadenas. Hay un antecedente reciente que pone un manto de duda sobre las conversaciones encaradas: el intento de aliviar la presión sobre la carne con un límite al cupo exportable de maíz por dos meses luego dejado sin efecto tras el lock out de algunas patronales agrarias.

Aunque en definitiva los acuerdos sectoriales son solo una parte de la estrategia con la que Martín Guzmán busca enfrentar la inflación. El ministro lo sintetizó tras la última reunión de Gabinete económico: “El pilar central para atacar la problemática inflacionaria es el esquema integral de política macroeconómica, que incluye a la política fiscal, la monetaria y la cambiaria. Para hacer realidad los objetivos definidos en la ley de Presupuesto 2021, el Estado tiene un rol en la gestión de coordinación en pos de alinear expectativas con los objetivos inflacionarios a los que se apunta”.

En otras palabras, cumplir con los objetivos de reducción del déficit y de la emisión monetaria como señal de prudencia al mercado para evitar más presiones cambiarias. E intentar convencer de que cumplirá con la inflación presupuestada del 29% para 2021, que es el mismo número que toma como referencia para negociar las metas del programa con el FMI. Los privados proyectan hasta 20 puntos más.

Es por eso que el Banco Central busca evitar una suba de la tasa de interés en pesos: hacerlo implicaría cristalizar mayores expectativas inflacionarias. La decisión llegará cuando se publique el IPC de enero, como adelantó BAE Negocios.

El otro elemento que el Gobierno considera clave para la alineación de expectativas es el acuerdo de precios y salarios que busca sellar con sindicatos y empresarios en torno a la pauta inflacionaria del 29%. Así, apuesta a que las negociaciones paritarias se ubiquen apenas unos puntos por encima de ese número y que las empresas acepten desacelerar el ritmo de las remarcaciones. En la CGT aseguraron que no aceptarán topes para los convenios sectoriales.

 

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