El presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Adelmo Gabbi, elogió al presidente Javier Milei por ir “por el camino correcto” y elogió su política de superávit fiscal, especialmente en el descenso de la inflación, a la cual consideró como “la mayor estafa de la clase trabajadora”. Sin embargo, reparó en algunas características del mandatario. “Le pediría a Milei que cambie algunas formas y los ritmos, pero cada uno actúa como le parece”, dijo.

Gabbi estuvo al frente de la Bolsa de Comercio en distintos períodos desde el 2005. En 2021, fue elegido junto a su vicepresidente y extitular de Fiat Argentina, Cristiano Ratazzi. 

En un mano a mano con el periodista Jairo Straccia en una entrevista para Radio Con Vos, Gabbi reconoció que es “absolutamente injusto” el reparto previsional. “Tengo 81 años, pasé muchos gobiernos y una gran vida en este país que es Argentina”, dijo, al tiempo en el que contó que es “una de las víctimas” del sistema previsional. Acto seguido, contó que, después de haber aportado gran parte de su vida, cobra la jubilación mínima. 

La jubilación mínima que se cobra a través de la Anses es de $314.243,51 y el Gobierno entrega un bono de $70.000 para reforzar los ingresos del sector. Con extra, los jubilados con haberes mínimos cobran $384.243,51.

“Desde que vos existís y desde que yo existo, estamos diciendo que los jubilados cobran muy poco, pero el problema no son los presidentes, el problema es el sistema jubilatorio argentino que está mal concebido”, le dio a Straccia. Acto seguido, cuestionó duramente la incorporación de más de tres millones de jubilados sin aportes, una medida tomada años atrás, que a su juicio agravó el desfinanciamiento del sistema.

Superávit fiscal y la maldición de la inflación

Gabbi defendió el rumbo fiscal del actual gobierno de Javier Milei. “El superávit fiscal alcanzado es algo extraordinario”, señaló, y lo vinculó directamente con la baja de la inflación, a la que definió como “la mayor estafa a la clase trabajadora”. Según él, mantener el equilibrio de las cuentas públicas debe ser prioritario, incluso si eso implica demorar mejoras en los haberes jubilatorios.

A pesar de mostrarse de acuerdo con las decisiones políticas y económicas de Milei, no evitó manifestar cierta incomodidad con las formas del presidente. Aunque elogió su firmeza en la gestión, advirtió: “Le pediría a Milei que cambie algunas formas y los ritmos, pero cada uno actúa como le parece”. También remarcó que se siente más cómodo con un mandatario que “cuida la caja” y apuntó que una reducción de impuestos es clave para mejorar la competitividad.

Consultado por el polémico discurso de Milei en el aniversario de la Bolsa, Gabbi prefirió correrse de la liturgia libertaria: “No grité ‘viva la libertad, carajo’", dijo en referencia al discurso que dio Milei en la sede de la Bolsa de Comercio, en donde fue vitoreado por algunos asistentes. “Soy amante de la libertad”, reconoció, al tiempo en el que aclaró que también es amante del respeto. “Siempre fui un hombre del centro, liberal, pero abierto al diálogo”.

Gabbi reconoció que las críticas del presidente al “gasto social” generan un debate complejo. Cuando Milei habló de “degenerados fiscales” por querer mejorar partidas para jubilados o personas con discapacidad, el titular de la Bolsa respondió con prudencia, centrando su análisis en el costo fiscal de las jubilaciones: “Mejorarlas sin financiamiento destruye el superávit y nos hace volver a la maquinita”, reiteró.

En medio de la incertidumbre financiera, Gabbi mantiene una visión optimista sobre el rumbo económico. A pesar de la suba del dólar y el estancamiento del riesgo país, cree que “estamos en el camino correcto”, especialmente por los avances en sectores estratégicos como la energía y la minería.