El rojo externo triplicó el pautado por el FMI y la deuda batió su récord
Aunque el acuerdo con el FMI proyectaba un rojo de 0,4% del PBI, el déficit de cuenta corriente del Balance de pagos llegó en solo medio año al 1,3%. El Gobierno ya admitió que terminará en torno al 2%. Por eso, la deuda externa dio un salto y por primera vez superó los USD300.000 M. La del Gobierno creció más fuerte aún, un 12,4%
El rojo de la cuenta corriente del Balance de pagos se extendió por segundo trimestre consecutivo y su magnitud ya triplica a la que proyectaba el acuerdo con el FMI para este año. En la primera mitad del 2025 ya totalizó los USD9.243 M, es decir un 1,3% del PBI que prevé el Fondo para este año. El acuerdo firmado en abril preveía un rojo total en el año del 0,4% del producto, aunque el viceministro de Economía, José Luis Daza, había admitido que se acercaría al 2% anual. El desequilibrio externo marca que el país está gastando en forma sostenida dólares que no tiene. Pese al superávit fiscal, además, la deuda bruta creció un 8,5% y superó los USD300.000 M por primera vez en la historia. El aumento fue mayor en el endeudamiento del Gobierno y fue del 12,4%.
El Indec publicó el informe Balanza de pagos, posición de inversión internacional y deuda externa, correspondiente al segundo trimestre, una publicación cargada de datos relevantes acerca de la dinámica del sector externo. El Balance de pagos muestra a la cuenta corriente, que da cuenta de lo que observaron los asientos contables de entradas y salidas de bienes, fletes, servicios, turistas y pagos de intereses de la deuda, más la remisión de utilidades de las empresas.
El informe mostró que la deuda externa creció 8,5%, superó la barrera de los USD300.000 por primera vez en toda la serie histórica, que arranca en 2006, y llegó a los USD305.043 M. Una de las que más creció fue la deuda del Gobierno, por el acuerdo con el FMI, con un salto de USD12,4%, y llegó a USD167.462 M, nivel que no se veía desde 2019, después de la anterior gestión del ministro de Economía, Luis Caputo. Solo en aquel 2018/19, cuando llegó a USD175.969 M, se llegó a observar niveles mayores.
Además, el informe mostró que los flujos externos siguen dando cuenta de que la economía gastó más dólares que los que generó, lo que a su vez ayudó a explicar que la deuda creciera pese al superávit fiscal. En el primer trimestre, la cuenta corriente había mostrado un rojo de USD5.637 M durante el primer trimestre. Y ahora sumó uno también negativo de USD3.606 M en el segundo trimestre. Un total de USD9.243 M para el déficit de la primera mitad del año. Tomando en cuenta que el FMI estimó y publicó un PBI en dólares a moneda corriente de USD683.530 M para este año, entonces se observó que el rojo ya llegó al 1,3% del PBI en la primera mitad del 2025.
El propio Fondo, en el texto del acuerdo EFF firmado en abril, había estimado en 0,4% el rojo para la totalidad de este año, apenas una tercera parte del ya observado solo en la primera mitad: “Se espera que el saldo de la cuenta corriente externa pase de un superávit del 1% del PBI en 2024 a un déficit del 0,4 % del PBI este año, reflejando términos de intercambio menos favorables, una recuperación cíclica de la demanda interna y una mayor flexibilización de las restricciones a la cuenta corriente”. Y Daza ya había reconocido que en realidad iba a llegar al 2%: “Hay un elemento en común en las crisis que es un gran déficit de cuenta corriente. Al mirarlo, importa la calidad, importa la razón, importa la magnitud. Un déficit de 2% en un contexto de país que crece al 6% es esperable, razonable”.
En ese sentido, más allá de la impugnación que en su momento hicieron economistas como el investigador del CEED-Unsam, Juan Graña, acerca de que si gastar más que lo que se tiene es malo en lo fiscal también debería serlo para el país en los dólares, también vale destacar que ya no hay consenso acerca de que el PBI crecerá un 6%. El REM proyectó un 4,4%, completamente explicado por el efecto arrastre estadístico que dejó un 2024 en el que el crecimiento ocurrió todo sobre el final del año, dejando al 2025 iniciar con un nivel de producción 4,4% por arriba del promedio del año pasado. Y lo que se miden son promedios anuales.