El senado de EEUU pausa nuevas sanciones contra Rusia

El freno legislativo refleja un viraje estratégico de la Casa Blanca, que busca explorar una nueva etapa de diálogo con Rusia

BAE Negocios

El Senado de Estados Unidos decidió frenar el debate sobre un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, en un gesto que el propio liderazgo republicano atribuye a la necesidad de esperar la próxima cumbre entre Donald Trump y Vladímir Putin. La decisión, impulsada por el jefe de la mayoría, John Thune, marca un punto de inflexión en la política exterior estadounidense y deja entrever que Washington explora una instancia de acercamiento con Moscú antes de avanzar con nuevas medidas punitivas.

Según el periodista Andrew Desiderio, de Punchbowl News, Thune explicó que las restricciones económicas quedaron "en pausa" al menos hasta después del encuentro previsto entre ambos mandatarios en Budapest. "Queremos ver si la reunión con Putin resulta fructífera. Si no lo es, el proyecto de sanciones seguirá siendo una herramienta que el presidente puede usar para presionar a los rusos y llevarlos a la mesa de negociación. Pero, por el momento, pulsamos el botón de pausa", señaló el senador.

El proyecto, promovido por el republicano Lindsey Graham y el demócrata Richard Blumenthal, autoriza al presidente a aplicar aranceles secundarios de hasta un 500% a países como China, India y Brasil, que mantienen vínculos comerciales con Moscú. Además, prevé elevar los aranceles sobre las importaciones rusas aún vigentes, aunque el impacto sería limitado por las actuales restricciones que redujeron el intercambio bilateral.

 

Preparativos

La medida legislativa coincidió con un nuevo gesto político. Trump mantuvo la semana pasada una conversación telefónica con Putin en la que ambos acordaron reunirse en la capital húngara. "Tuvimos un gran avance", escribió el presidente en sus redes sociales, calificando la llamada como "muy productiva".

Desde el Kremlin confirmaron que las dos administraciones trabajan "sin demora" en la preparación del encuentro. El asesor presidencial Yuri Ushakov indicó que fue Trump quien propuso Budapest como sede y que Putin aceptó de inmediato. El vocero Dmitri Peskov añadió que el objetivo central será discutir la guerra en Ucrania y la agenda bilateral, aunque reconoció que todavía no comenzaron los preparativos formales.

El gobierno ruso también subrayó el rol del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en la mediación entre ambas potencias. "Orbán mantiene una relación cálida con Trump y una relación constructiva con Putin. Ese vínculo facilitó el entendimiento alcanzado tras la conversación telefónica", dijo Peskov.

 

Recalculando

Mientras tanto, Trump adelantó que antes de la cumbre se realizará una reunión entre asesores de alto nivel de ambos países. El secretario de Estado, Marco Rubio, encabezará la delegación estadounidense. Para la Casa Blanca, la pausa en el Congreso es una oportunidad para medir el terreno diplomático y evaluar si la negociación directa con Moscú puede ofrecer resultados más efectivos que un nuevo endurecimiento económico.

El movimiento del Senado muestra que la política exterior de Washington transita una etapa de recalibración, donde el pragmatismo gana terreno sobre la presión inmediata.

 

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