Política monetaria

En julio y agosto, el BCRA le aflojó a la maquinita

Aunque sigue siendo pronunciada, la brecha fiscal se achicó en julio y eso le permitió al Central desacelerar las transferencias al Tesoro, más allá de que siguen en niveles elevados. La primera quincena de agosto fue la de menos envíos desde que empezó la pandemia. Las buenas colocaciones de Letras en pesos también colaboran.

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Julio dio buenas noticias en términos fiscales. El déficit primario se achicó y fue de 0,5% del PBI durante ese mes y eso le permitió al BCRA aminorar las transferencias al Tesoro. En agosto esa desaceleración en el uso de la maquinita parece continuar y la primera quincena del mes fue la que menos envíos tuvo desde que llegó la pandemia. Las buenas licitaciones de Letras en pesos que viene realizando el Tesoro también colaboran.

En la primera mitad de agosto, el BCRA le envió “apenas” $40.000 millones al Tesoro, en concepto de Adelantos transitorios. Fue la quincena menos cargada desde marzo, cuando llegó la pandemia y el Gobierno decretó la cuarentena. Viendo los totales de cada mes, se observa que en marzo se transfirieron $205.000 millones (concentrados en el cierre del mes); en abril, $310.000 millones; en mayo $430.000 millones; en junio $200.000 millones; y, en julio, $220.000 millones.

De la mano con ese ritmo fue el déficit primario, que es el que marca las necesidades de financiamiento en pesos por parte del Ejecutivo. Pasó de 0,9% del PBI en junio a “solo” 0,5% en julio (el acumulado en 7 meses ya alcanzó 3,9% del PBI y el financiero total 5%, pero la dinámica mensual se redujo). De más de $250.000 millones de rojo tanto en mayo como en junio a $155.000 millones en julio.

 

La recuperación de la actividad económica colaboró para achicar la brecha fiscal, más allá de que sigue siendo pronunciada. Los ingresos públicos treparon 16,1% interanual en julio. Implica una caída importante en términos reales, de 18,5%, pero es un mejor desempeño que la suba nominal de 7,8% en junio y de 2,4% en mayo (caída real de 28,6%). Una menor incidencia del IFE durante julio hizo el resto. Y si bien cabe esperar que en agosto la tercera ronda impacte con mayor fuerza sobre los gastos, también es esperable que continúe la mejora en la recaudación.

En ese sentido, la economista de Econviews, Mariela Díaz Romero, dijo a BAE Negocios: “El grueso de la asistencia monetaria fue dado entre abril y mayo, lo cual tiene sentido porque fueron los peores meses para la actividad económica y en abril hubo un derrumbe histórico. Efectivamente, en los próximos meses deberían desacelerar las transferencias al Tesoro porque el grueso de lo que se podía transferir ya fue dado. Hay un 9% del PBI como potencial y ya se otorgó 6% al 14 de agosto".

Y agregó: “En los próximos meses, idealmente, lo que resta sería guardado para el peor mes fiscal que es diciembre. Idealmente, si la economía sigue repuntando, los ingresos fiscales también deberían hacerlo. Pero es difícil de saber porque muchas empresas fueron destruidas”.

Coincidió el economista de Eco Go, Juan Ignacio Paolicchi, quien afirmó: “El déficit fiscal de a poco se va reduciendo. Esa es una buena señal en términos de la necesidad de emisión de pesos. De a poco, por supuesto. Y después de que creció una fortuna. Ahora se achicó un poco y por eso se ven menos transferencias al Tesoro”.

Además sostuvo: “Otra cosa muy interesante es que el Tesoro está colocando deuda en pesos por encima de sus necesidades. Le vencen instrumentos en pesos y no solo coloca deuda para lograr pagarlos sino que coloca de más. De esa forma, absorbe más de lo que necesita y con eso logra, además, reducir las necesidades de emisión del BCRA”.

En ese sentido, según destacaron fuentes del Gobierno a BAE Negocios, la ventaja de un crecimiento relativo del financiamiento vía Letras del Tesoro, respecto a las transferencias del BCRA y la esterilización vía Leliq, es que las Letras implican deuda a plazos más largos y con menores tasas.

En esa línea, un informe del Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas (Ocepp) detalló: “El 11 de agosto, con el objetivo de colocar $70.000 millones, el tesoro terminó tomando $108.000 millones. De esta manera, ya se cubrieron los vencimientos por $60.000 millones de agosto, quedando el resto de lo colocado y lo que obtenga en la restante licitación del mes, disponible para financiamiento del déficit fiscal”.

Con todo, el informe remarcó que ese buen desempeño tiene cierto factor coyuntural: el cepo y las transferencias del programa anticrisis, que generaron liquidez, aseguraron cierta demanda de activos en pesos. “Para el segundo semestre, el gobierno espera que la emisión neta de deuda en pesos sea positiva. Sin embargo, la mayor parte del financiamiento de la ampliación presupuestaria sigue recayendo en el BCRA”, afirmó, en referencia a la ampliación del presupuesto por $1,9 billones para lo que queda del 2020.

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