TERRORISMO

En un ataque con drones, Estados Unidos mató a un líder del ISIS en Siria

Un dron impactó en la moto que conducía Maher al-Agal, una de las personas más influyentes en la expansión del Estado Islámico. Un día antes de que Joe Biden viaje a Medio Oriente en busca de petróleo y acuerdos para frenar a Irán, el ejército norteamericano celebró

BAE Negocios

El ejército de Estados Unidos mató este martes a Maher al-Agal, uno de los cinco principales líderes del autodenominado Estado Islámico (ISIS), en Siria. Según confirmó el Comando Central estadounidense, la operación se realizó con el dron MQ-9 Reaper y también logró herir gravemente a otro integrante del ISIS que estaba estrechamente relacionado con al-Agal.

Maher al-Agal trabajó “agresivamente” en la construcción de las redes del grupo fuera de Irak y Siria y, de acuerdo con la Casa Blanca, era considerado uno de los cinco principales líderes del Estado Islámico en Irak y Siria. En este sentido, Estados Unidos explicó que el ataque sobre la moto en la que viajaban el terrorista y su acompañante socavaría la capacidad del grupo para planificar y llevar a cabo ataques a nivel mundial.

“Representa la culminación de un trabajo de inteligencia determinado y meticuloso y es un testimonio de la valentía y la habilidad de nuestras fuerzas armadas”, celebró el presidente estadounidense, Joe Biden, al tiempo que aseguró: “También demuestra que Estados Unidos no requiere miles de tropas en misiones de combate para identificar y eliminar las amenazas a nuestro país”. Los programas de armas del ejército estadounidense revelaron que el ISIS estaba planeando nuevos ataques con armas químicas en Europa y, aunque Estados Unidos ya no tiene la presencia que antes mantenía en el medio Oriente, el Estado Islámico sigue siendo una amenaza.

El ejército dijo que las organizaciones extremistas violentas “siguen presentando una amenaza para Estados Unidos y nuestros aliados, y... los grupos afiliados a al-Qaeda utilizaron el enclave controlado por los rebeldes en el noroeste de Siria como un refugio seguro”.

El grupo Estado Islámico en el apogeo de su poder controlaba más de 103.600 kilómetros cuadrados que se extendían desde Siria hasta Irak y gobernaba a más de 8 millones de personas. Si bien el estado territorial del grupo colapsó en 2019, sus líderes recurrieron a tácticas de guerrilla y pudieron “reestructurarse organizacionalmente de manera eficiente”, según Carnegie Endowment for International Peace, un grupo de expertos no partidista con sede en Washington.

 

Cómo fue el ataque

Según un monitor de guerra, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, al-Agal fue un excomandante destacado del grupo Estado Islámico durante su control de Raqqa y desde entonces se había mudado más al norte a Afrin en 2020 bajo facciones respaldadas por Turquía. Recientemente, fue comandante en una facción respaldada por Turquía llamada Jaysh Al-Sharqiyyah.

El ataque se realizó en las afueras de Jindires, a unos 50 kilómetros al noroeste de Alepo. La Casa Blanca aseguró que ningún civil había resultado herido, a diferencia de las muertes de Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, a principios de este año, y de su predecesor, Abu Bakr al-Baghdadi, en octubre de 2019. En ambas ocasiones, Estados Unidos fue muy cuestionado por el asesinato de civiles, incluidos niños, durante los bombardeos.

Un dron se estrelló sobre la moto en la que iba Maher al-Agal

En los últimos años, el Pentágono se enfrentó a varias críticas en los últimos años por matar civiles en los ataques contra el Estado Islámico, y hasta se acusó al país de encubrir la muerte de mujeres y niños en un ataque de 2019 contra los combatientes del grupo en Baghouz, Siria. Sin embargo, el Pentágono dice lo contrario: aunque reconoció que puede hacerlo mejor, rechazó las acusaciones de que trató activamente de ocultar las muertes de civiles y se negó a imponer castigos graves al personal estadounidense o responsabilizar a los comandantes por los incidentes.

Biden viaja a Medio Oriente

Como informó The Washington Post, la huella militar de Estados Unidos en el Medio Oriente se redujo significativamente en los últimos años a medida que Washington se enfrenta a las amenazas planteadas por China en la región del Indo-Pacífico, así como a la pronunciada agresión de Rusia en Europa.

Aun así, Biden viajará este miércoles a la región, en donde se reunirá con líderes israelíes, palestinos, saudíes y otros líderes árabes en busca de promover la cooperación de seguridad regional en respuesta a Irán, que llevó a cabo una serie de provocaciones recientes a medida que se desvanecen las esperanzas de un acuerdo nuclear revivido.

No será lo único: pensando en Estados Unidos, Biden buscará cualquier desarrollo que pueda generar en el ámbito de los mercados de petróleo y gas, en medio de la crisis energética mundial a causa de la guerra Rusia-Ucrania. De esta manera, se espera que Biden asista a una cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo, cuyos miembros incluyen a algunos de los productores de petróleo más influyentes de la región.

Pero el presidente también enfrenta presiones para no comprometer el mensaje estadounidense sobre derechos humanos a cambio de garantías que podrían ayudar a aliviar los altos precios de la gasolina en el país exacerbados por la guerra en Ucrania, particularmente cuando se trata de hacer tratos con Arabia Saudita.

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