Seguridad vial

Escapadas: ¿por qué nunca hay que seguir el auto de un amigo o familiar?

De acuerdo a una investigación de la Universidad Estatal de Arizona, Estados Unidos, los conductores que siguen a otro tienen mayores probabilidades de actuar de forma imprudente

BAE Negocios

Un estudio firmado por la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos) y publicado en la revista Frontiers in Psychology alertó que “la probabilidad de verse involucrado en un accidente aumenta” cuando un conductor sigue a otro. La investigación estuvo impulsada por un análisis realizado para un juicio de un accidente en el que un conductor resultó gravemente herido. En efecto: se encontraba detrás del coche de un amigo.

"Descubrimos que cuando se pide a alguien que siga a otro automóvil, esto puede llevarle a adoptar comportamientos de riesgo al volante, como conducir más rápido, hacer giros más erráticos y seguir demasiado de cerca al auto de adelante. La causa más probable es el miedo a perderse", afirma en un comunicado Robert Gray, autor principal del estudio y psicólogo aplicado de la Universidad Estatal de Arizona.

Como señalan Gray y sus colegas en la introducción de su estudio, los conductores adoptan conductas de riesgo por diversas razones, pero una a la que se dio relativamente poca atención es la influencia social de otros vehículos en la carretera.

 

La investigación demostró, por ejemplo, que los conductores se saltan los semáforos en amarillo con más frecuencia cuando observan a otros haciendo lo mismo y que también tienden a sentir una presión innecesaria para igualar su velocidad a la de los demás vehículos en la carretera. 

Cómo fue el estudio

Gray y sus colegas reclutaron a 16 estudiantes universitarios de entre 18 y 22 años, todos ellos con registro de conducir. Se colocaron en un simulador, donde se pidió a los alumnos que pasaran cinco minutos "conduciendo" por una ciudad inventada. Podían ir donde quisieran, pero se les pedía que respetaran todas las normas de tránsito, incluido el límite de velocidad establecido, que era de 35 millas por hora. 

A continuación, se pidió a cada estudiante que dedicara 10 minutos a manejar a destinos designados dentro de la ciudad inventada mediante dos métodos diferentes: siguiendo un sistema de navegación guiado por voz y "siguiendo a su amigo en el auto de enfrente".

Así se veía el simulador

En cada escenario se programaron riesgos de seguridad específicos, como la entrada de un peatón en un paso de peatones cuando el conductor estaba a punto de girar o el cambio de verde a amarillo de un semáforo cuando faltaban dos segundos para que el conductor entrara en la intersección.

Todos los demás automovilistas, incluido el que iba en cabeza en el escenario "seguir al amigo", respetaron las normas viales y circularon a la velocidad permitida. Esto se hizo para evitar el factor de "contagio social".

Qué resultados obtuvieron

El estudio descubrió que los estudiantes eran significativamente más propensos a adoptar conductas de riesgo cuando "seguían a un amigo" que cuando seguían la navegación guiada por voz o conducían por su cuenta.

"En la condición de seguir a un amigo, los conductores realizaban giros a mayor velocidad y más erráticos (es decir, alta variabilidad del ángulo de giro) y tenían una mayor aceleración máxima al conducir por cruces en comparación con el comportamiento en la condición de navegación", escriben Gray y sus colegas. "Por ejemplo, en el evento crítico de cruce de peatones, una proporción significativamente mayor de conductores hizo la elección más arriesgada (cortar delante del peatón) en comparación con esperar a que el peatón completara el cruce".

 

 

Como el auto que iba en cabeza y todos los demás vehículos obedecían todas las normativas de tránsito, el efecto de contagio social no fue un factor determinante.

Gale y sus colegas creen que los comportamientos de riesgo al volante en el caso de seguir a un amigo se debían probablemente a un tipo único de presión temporal, la causada por el miedo a perderse. Otras investigaciones demostraron que perderse es uno de los 10 principales temores de los conductores.

Limitaciones del estudio

Este estudio tiene varias limitaciones importantes. La más importante es que sólo participó un pequeño número de conductores, todos ellos jóvenes estudiantes universitarios. Los conductores de más edad y con más experiencia podrían reaccionar de forma diferente en estos casos. Además, el experimento se realizó con un simulador de manejo. En la calle, donde personas reales podrían resultar heridas, los conductores podrían comportarse con más diligencia.

El conductor que vaya adelante debe ser el más cauteloso

Aun así, los resultados son preocupantes, y Gray y sus colegas recomiendan evitan ir siguiendo a alguien más cuando se está al volante. Una solución mejor, dicen, es que el amigo facilite la ruta con anterioridad -mediante un mapa o un navegador- para que pueda uno chequearla por su cuenta.

Si eso no es posible, dicen, "es fundamental que el vehículo que va en cabeza reduzca la probabilidad de perder contacto con el que le sigue reduciendo su velocidad y tomando decisiones que tengan en cuenta al conductor que le sigue", como esperar a que haya un hueco grande para girar a la izquierda y esperar a cambiar de carril hasta que ambos autos puedan hacerlo con seguridad.

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