El empleo en España mantuvo una dinámica positiva tras la pandemia: los afiliados a la Seguridad Social superaron los 21 millones y el desempleo retrocedió al nivel previo a la crisis financiera. Sin embargo, el mercado laboral comienza a mostrar señales de tensión estructural. Actualmente, existen 17,5 desempleados por cada puesto vacante, según el INE, una proporción elevada pese a la caída de la desocupación y el aumento de vacantes.

Las empresas declaran crecientes dificultades para cubrir los puestos disponibles, una situación que afecta con mayor intensidad a sectores como la agricultura, la construcción y la hostelería. De acuerdo con la encuesta empresarial del Banco de España, el 45,8% de las compañías afirmó enfrentar esta problemática en el primer trimestre de 2025, informa el medio español elEconomista.es

El desajuste entre oferta y demanda de empleo se acentúa por la concentración de personas desocupadas en actividades con menor demanda, mientras que sectores con alta rotación como salud, tecnologías de la información o comunicación presentan menos de cinco candidatos por vacante.

 

Mecanismos

La brecha no es solo cuantitativa. Las vacantes disponibles exigen competencias que no coinciden con el perfil de los desempleados. BBVA Research y el IVIE alertaron sobre este fenómeno y estimaron en 8.150 millones de euros el impacto anual en el PIB. Si el mercado español avanza hacia el patrón europeo, donde las habilidades específicas son clave, este costo podría triplicarse.

Además, los expertos advierten que el desfase afecta tanto a desempleados como a empleados en activo, ya que aumenta la presión sobre cada puesto. Por eso, llaman a reformar las políticas activas de empleo y adecuar el sistema educativo para enfrentar una escasez estructural de trabajadores.

El debate se complejiza ante las dudas sobre el sistema de recuento de vacantes. Las patronales —CEOE, Cepyme y ATA— insisten en que el INE subestima la demanda real en sectores como la construcción, donde se registraron apenas 4.611 puestos sin cubrir. Mientras el Ministerio de Trabajo atribuye las vacantes a condiciones laborales, la cartera de Seguridad Social reconoce la necesidad de flexibilizar los mecanismos de contratación de personal extranjero.