La calificadora internacional Fitch advirtió que, por la débil posición de solvencia y liquidez de Argentina, un canje de deuda sin quita requeriría un ajuste fiscal tan grande que sería política o económicamente inviable.

"Los fundamentos crediticios débiles de Argentina, tanto en términos de liquidez como de solvencia, limitan las posibilidades de un canje de deuda que minimice las pérdidas para los inversionistas más allá de extensiones en los vencimientos", afirmó la agencia en un informe publicado ayer.

Fitch además advirtió que un reperfilamiento sin quita de capital ni intereses tal como pretenden el Gobierno y la oposición (desde ambos lados de la grieta se ilusionan -y tratan de ilusionar- con una reestructuración "a la uruguaya"), conllevaría un alto riesgo para la financiación de la deuda a futuro sino se da un fuerte rebote económico, algo que para la agencia hoy resulta "imprevisto".

El agravamiento de la crisis económica y financiera que generó la fuerte devaluación post PASO alejaron aún más las posibilidades de recuperación. De hecho se espera que en 2020 la economía argentina encadene su tercer año de contracción.

Fitch indicó ayer que la posición de solvencia de Argentina es débil debido a "la alta carga de la deuda y costos de interés, la tolerancia baja de la deuda, y el esfuerzo fiscal sustancial que aún es necesario para alcanzar la sostenibilidad fiscal". La calificadora proyecta que la deuda del Gobierno argentino podría aumentar al 94 % del PIB en 2019, desde niveles de 86 % en 2018 y de 57 % en 2017.

Desde la agencia indican que en el caso argentino sería necesario un acuerdo que ofrezca un alivio permanente para la deuda a través de una quita o recorte de cupones, en lugar de solo estirar vencimientos.