El 18 de julio de 1994, un coche bomba explotó frente a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), ubicada en la calle Pasteur al 600, en el barrio porteño de Once. El atentado, considerado el mayor ataque terrorista en la historia del país, dejó un saldo de 85 personas muertas y más de 300 heridas. Tres décadas después, aún no hay condenas firmes ni justicia para las víctimas.

Este jueves por la mañana, al cumplirse 31 años del ataque, se realizó un nuevo acto conmemorativo en el lugar donde ocurrió la tragedia. Con la consigna “La impunidad sigue; el terrorismo también”, familiares de las víctimas, representantes de la comunidad judía y dirigentes políticos se congregaron para rendir homenaje y renovar el pedido de justicia.

El presidente Javier Milei participó de la ceremonia, acompañado por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el ministro de Defensa, Luis Petri; el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri; y los legisladores Carolina Losada, Oscar Zago y Gerardo Milman, entre otros. Antes del inicio formal del acto, Milei expresó: “No vamos a parar hasta que se haga justicia”.

La conmemoración, organizada por AMIA, DAIA y familiares de víctimas, comenzó a las 9.30 con el sonido de la sirena que marca la hora exacta del atentado. A lo largo del evento, se leyeron los nombres de las personas fallecidas y se repitió el reclamo histórico por el esclarecimiento del ataque, que aún permanece impune.