Guardafilas, una ocupación en crecimiento

Formalizado a través de empresas, el negocio de asistentes para las colas de espera florece en Washington. Muchos de los prestadores son personas en situación de calle

BAE Negocios

En los pasillos del Congreso de Estados Unidos se ven colas larguísimas de gente que espera la audiencia de los comités que suelen reunirse a las 10 de la mañana. Hombres y mujeres de edades y estilos variados se alinean en la fila, mientras ven películas en tablets y hojean revistas. A veces, llevan su propia silla. Pero no todos están interesados en los pormenores del tema legislativo de turno: muchos le cuidan el puesto a otra persona y viven de esta tarea.

Ganan entre 30 y 48 dólares por hora, no importa si es de día o de noche, al aire libre o bajo techo

Según una nota publicada por el diario El País, "todo un negocio florece en Washington en torno a las filas de espera, sobre todo en el Congreso y en el Tribunal Supremo, a veces con sin techo como mano de obra".

Linestanding es una de las empresas que han convertido las colas de la capital de EE.UU. en un negocio. Quienes se ofrecen para brindar este servicio facturan entre 30 y 48 dólares por hora, no importa si de día o de noche, bajo techo o en la calle. Hay quienes llegaron a pagar u$s6.000 en casos puntuales.

"Comenzamos en los 90 por una cuestión de distribución de lógica del trabajo, en esos comités hay muy pocos sitios para el público y para asegurarse un asiento hay que estar muy temprano. Nosotros teníamos una empresa de mensajería y un día uno de los lobbies para los que trabajamos nos pidió que mandásemos a uno de nuestros ciclistas a esperar en la cola a las seis de la mañana, porque su hora de trabajo era mucho más barata que la de sus empleados", explica al diario El País Mark Gross, de Linestanding, la división de "guardacolas" de la empresa QMS

Una "changa" que en nuestro país se organiza a veces de manera informal con los "coleros", tiene varias compañías especializadas en Estados Unidos. Otra de las empresas Same Ole Line Dudes en Nueva York llegaron a cobrar por hacer cola dos días para conseguir plaza en una escuela pública de prestigio a la que se inscribía a los niños por orden de llegada.

De un evento de Game of Thrones a la inscripción en un colegio exclusivo: múltiples usos del servicio

El diario El País plantea que la duda ética crece cuando quienes realizan este servicio son indigentes. Al respecto, Gross señala: "Al principio empezamos a reclutar gente de los albergues [para personas sin techo], pero esa gente empezó a prosperar, ahora tienen sus hogares, ha sido muy bueno para ellos".

Skip the Line (evítese la cola) es otra de las empresas. Una de las colas más larga que hicieron fue para entrar en un evento de Game of thrones: tres días seguidos haciendo turnos.

Junto con los asistentes virtuales que ya se ven en Argentina, son una herramienta más para evitar el fastidio de la espera.

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