Un radical está a punto de asumir en un cargo clave en el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, que conduce Federico Sturzenegger. Se trata de Alejandro Cacace, secretario parlamentario del bloque UCR, exdiputado y mano derecha del cordobés Rodrigo De Loredo.

Sería la segunda incorporación del radicalismo en un importante cargo del gobierno de Javier Milei, después de la designación del mendocino Luis Petri como ministro de Defensa.

El rol será coordinar en el Congreso la presentación de las leyes que el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, presentará en 2025. Cacace tiene varios años en la política parlamentaria. El abogado de 39 años fue diputado provincial por San Luis en el período 2013-2019 y luego diputado nacional entre 2019 y 2023. Al terminar su mandato, De Loredo lo retuvo como secretario parlamentario del bloque.

El Gobierno apuesta a que su gestión sea negociar con los bloques aliados las iniciativas que mandará el año próximo al Congreso. La Libertad Avanza es minoría en ambas cámaras y debe apelar al apoyo de los partidos opositores para imponer sus proyectos.

Durante la negociación por la Ley de Bases, Cacace se sumó a las discusiones con el Gobierno como un diputado más. Fue uno de los dirigentes que logró incorporar cambios, lo que llevó a destrabar la aprobación de la norma. Actualmente, también está al frente de las tratativas entre la Nación y los gobernadores radicales por el Presupuesto 2025.

Pese a que Milei tuvo declaraciones despectivas contra el expresidente Raúl Alfonsin, a quien tildó de golpista, el gobierno tuvo un acercamiento con los gobernadores radicales que fueron invitados a un encuentro en la Casa Rosada. El presidente almorzó con Maximiliano Pullaro, de Santa Fe; Carlos Sadir, de Jujuy; Gustavo Valdés, de Corrientes; Alfredo Cornejo, de Mendoza; y Leandro Zdero, de Chaco, y se aliviaron las tensiones.

El radical que se suma al gabinete podría ser interpretado como una devolución de favores por los votos que el radicalismo aportó a favor del gobierno en el recinto. Su jefe político, De Loredo, tuvo una actitud crítica al principio de la gestión de Milei pero luego se mostró afín a las ideas políticas del presidente.