Jorge Macri asumió este jueves como ministro de Gobierno y Asuntos Interjurisdiccionales de la Ciudad de Buenos Aires, con la misión de articular la relación del distrito con el AMBA y como resultado de un pacto político que tejió con Horacio Rodríguez Larreta en los últimos meses.

“Aprovecho, con mucha alegría, para anunciarles la incorporación de Jorge a nuestro equipo. En otro rol, porque ya venimos trabajando juntos hace muchos años, pero se integra como ministro de Gobierno al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires”, anunció Larreta durante una recorrida por el vacunatorio de La Rural, acompañado por el flamante ministro, que se tomó licencia en la intendencia de Vicente López.

El propio Jorge Macri explicó que “si hay algo que la pandemia puso más en notoriedad es que los problemas son comunes, y las soluciones tienen que ser en conjunto”, en referencia a los problemas de coordinación que hubo en el AMBA entre la Ciudad y la provincia de Buenos Aires durante la cuarentena de 2020.

El ahora ex jefe comunal tendrá a cargo algunas áreas clave en la relación con el sector bonaerense del AMBA: representará a la parte porteña del ACUMAR (que se ocupa de la cuenca del Riachuelo) y se encargará del vínculo con el Mercado Central y con el CEAMSE. Por otra parte, también tendrá bajo su órbita al Instituto de Formación Política y al Registro Civil. 

Cerca suyo aseguraron a BAE Negocios que mantendrá una fluida relación no solo con los intendentes del PRO sino también con los peronistas, ya que "se habla con todos ellos". En ese sentido, él mismo valoró que tiene "la suerte de que hoy de jefe de Gabinete en la Provincia hay un intendente (por Martín Insaurralde) y eso nos permite hablar un idioma similar".

El acuerdo entre Jorge Macri y Larreta

Así, este jueves terminó de sellarse el pacto político entre Larreta y Jorge Macri que comenzó a tejerse meses atrás en el cierre de las candidaturas para las PASO. 

En aquellos días de fines de julio, el todavía intendente vicentelopense aspiraba a ir con su propia lista de candidatos a diputados nacionales por la Provincia, pero finalmente aceptó bajarla para que el larretista Diego Santilli, a la cabeza de la única lista del PRO, fuera a internas con Facundo Manes. "Yo hago este gesto, y creo que también otros deben hacerlo", dijo en ese entonces.

Más allá de los beneficios concretos que pueda otorgarle a su gestión, el jefe de Gobierno se ve favorecido al neutralizar, en principio, a un posible competidor contra el larretismo en la carrera por la gobernación bonaerense en 2023, dado que el primo del ex presidente Mauricio Macri manifestó públicamente en numerosas ocasiones sus intenciones en ese sentido.

Sin esa opción, a Jorge Macri le quedan dos alternativas. La primera es ir por un cuarto mandato en su histórico municipio. La ley que inhabilita a los jefes comunales bonaerenses a ser re-reelectos, aprobada con impulso del PRO y el massismo en 2016, fue reglamentada con una cláusula que permite a los intendentes volver a candidatearse si no llegaron a ejercer efectivamente la mitad de su segundo período. 

La fecha límite para eso es el próximo 10 de diciembre, lo que explica que en los últimos meses e incluso días varios intendentes dejasen sus cargos, el último de ellos Ariel Sujarchuk (Escobar) este mismo jueves.

Las fuentes cercanas al nuevo ministro, sin embargo, juran que él ya dijo que no volverá a competir en Vicente López dentro de dos años y que apunta a consolidar a alguien de su riñón: Soledad Martínez, la hasta ahora primera concejal del municipio que ya asumió como intendenta en funciones. "Voy a estar mirando lo que allá pasa", dijo hoy Jorge Macri a pesar de todo.

Su segunda alternativa es ser candidato a jefe de Gobierno porteño en 2023, una intención que sus allegados no niegan. Debería, para eso, ganarle a las aspiraciones que en paralelo tienen María Eugenia Vidal, Martín Lousteau y Patricia Bullrich.

Cabe, de todos modos, pensar en una tercera posibilidad. Aun cuando no compitiera por nada, con su "gesto" ya logró posicionarse como un puente entre el ala dura y el ala moderada de Juntos por el Cambio, algo que puede ser bien recompensado si Larreta u otro opositor de la coalición llegara al Gobierno nacional dentro de dos años.

"Debe haber un acuerdo en nuestra fuerza política de posponer cualquier discusion sobre las candidaturas por lo menos durante un año", se atajó hoy, a pesar de que ya dio el primer paso para comenzar a proyectar su figura más allá de los límites de su histórico municipio.