La elección de Robert Prevost como el nuevo Papa y sucesor de Francisco despertó muchas preguntas: cuál será el rumbo que tomará la Iglesia, qué se puede esperar de este norteamericano que vivió muchos años en Perú, y más. En dónde vivirá es una de las incógnitas que aún no fueron resueltas y será una de las más importantes a definir pronto.

Hasta antes de la llegada de Francisco I, no existían dudas: era una tradición que los representantes se hospedaban durante todo su mandato en el Palacio Apostólico. Sin embargo, el acto transgresor de Jorge Bergoglio al elegir vivir en la Casa de Santa Marta marcó un antes y un después. 

En esa línea, León XIV podría seguir los mismos pasos que Francisco, si se tiene en cuenta que ambos comparten la misma visión humanitaria y supieron mantener un vínculo estrecho. "Se conocieron en Buenos Aires, cuando él era superior agustino y visitaba la UCA. Ahí empezaron a cruzarse. Ya había confianza", afirmó Jorge Millán Cotrina, párroco peruano de Chiclayo.

De esta manera, la decisión de Prevost sobre el lugar que elegirá para vivir causará un gran impacto en la visión que quiere transmitir del mundo desde el rol que hoy le toca ocupar después de 12 años de Francisco I como el líder de la Iglesia católica.

La Casa de Santa Marta se inauguró en 1996, en medio del mandato de Juan Pablo II. La residencia está ubicada a unos pocos pasos de la icónica Basílica de San Pedro, y cuenta con unas vistas impresionantes de la Plaza Santa Marta.

Si bien, de forma original, estaba pensada para ser el refugio de los cardenales que asisten al cónclave, su significado cambió cuando Bergoglio decidió vivir allí mientras obraba como el Papa. “Estoy acostumbrado a vivir en comunidad, necesito estar con los demás”, aseguró Francisco.

Antes de convertirse en un edificio residencial a fines de los 90, Santa Marta fue utilizada como hospital durante la epidemia de cólera en 1880. También funcionó como un refugio para judíos que eran perseguidos durante el Holocausto, según las órdenes que había dado Pío XII en su momento. 

La residencia de Santa Marta consta de 129 habitaciones distribuidas en cuatro plantas, entre las que se encuentran suites y habitaciones dobles, además de tener un apartamento de representación. Su construcción no solo estuvo pensada para alojar a los cardenales que asisten al cónclave, sino también para quienes están de visita en Roma.

Por otro lado, también está la posibilidad de que León XIV resida en el Palacio Apostólico, que sigue representando tradición, poder y autoridad papal. Si bien Francisco asistía casi todos los días al lugar a presenciar actos, reuniones y la oración del Ángelus, no hizo vida cotidiana como sí lo hicieron los otros representantes. 

El complejo cuenta con oficinas de gobierno de la Iglesia, capillas, museos y más de 1.000 habitaciones. A diferencia de la Casa de Santa Marta, el Palacio Apostólico siempre va a representar un lugar que inspira un estilo de vida más tradicional, formal, y que transmite poder.